Tuesday, August 29, 2006

Sueño y calvario de ser escritor

"Para colmo en esa época yo estaba convencido de que iba a ser un gran escritor. Tarde o temprano, pensaba yo, me voy a convertir en un gran escritor; pero primero, pensaba, debo tener aventuras. Y pensaba que todo lo que me iba pasando, cualquier huevada que fuera, era un modo de ir haciendo ese fondo de experiencias sobre el cual los grandes escritores, suponía yo, construían sus grandes obras. En aquel tiempo, a los 18, 19 años yo pensaba que al llegar a los 35 habría agotado ya todas las experiencias y a la vez iba a tener una obra hecha, una obra tan diversa y de tal calidad que me iba a poder ir cuatro o cinco meses a París a pasarme la gran vida (ése era para mí el modelo más espectacular del triunfo, supongo). Llegar a París a los 35 años, saturado de experiencias y con toda una obra escrita, pasear entonces por los bulevares, como un tipo verdaderamente canchero, y que está de vuelta de todo. Soñaba con eso a los 18 años y ya ves, tengo más de 30 años, escribí un libro que cada vez me gusta menos y eso no sería nada, si no fuera porque desde hace más de un año no puedo escribir; quiero decir, todo lo que escribo me parece bosta. Eso me desespera bastante, te voy a ser franco: Mi vida actual, para ponerme a tono con tu última misiva, me parece bastante insensata cuando de golpe, casi sin querer, puedo pensarla. Voy al diario a escribir bosta (para peor, bosta sobre literatura) y después vengo acá y me encierro a escribir, pero al rato me sorprendo haciendo rayitas, círculos, figuras, dibujitos que parecen el plano de mi alma, o si no escribo cosas que al día siguiente no puedo ni siquiera tocar con la punta de los dedos sin marearme."


(Ricardo Piglia, "Respiración artificial", año 1980, fragmento tomado de la primera parte, capítulo I.4)