Tuesday, November 27, 2007

Hasta luego MADRIZ

Gracias x tanto

Perdón x tan poco

Sunday, November 25, 2007

Scooter tour

Ver París desde una scooter te da una perspectiva absolutamente única. Ya el hecho de bordear el sena mirando a los pintores ofreciendo sus acuarelas y encarar champs elysees en dirección al arco de triunfo por el medio de la calle es inédito. Arrancamos temprano con paula y con frío, pero valió la pena cada instante. Partimos de place vendome con todas sus joyerías y el hotel ritz a un costado, continuamos por notre dame y el quartier latine, donde paramos con mi familia allá en el viaje iniciático del mundial 90 en Italia. Después entramos en la exquisita place des voges, siempre adorada por madder, con sus edificios uno pegado al otro y las distintas calles entrando bajo los arcos de cada uno de ellos. Y entonces nos internamos en marais, un barrio muy pipí cucú (como diría paula) fomentado por la comunidad gay en sus comienzos y convertido ahora en un espacio de moda y diseño muy importante en París. Atravesamos el pompidou y volvimos a cruzar por detrás de notre dame al otro lado del sena, trepando hasta el barrio 5, donde paramos en una placita espectacular llena de cafés a tomar algo caliente con caró, una amiga de ella que resultó ser todo un personaje. Luego de una buena charla seguimos en la scooter por el borde del sena otra vez y finalmente hasta el arco de triunfo, donde nos despedimos calurosamente. La verdad que mi anfitriona resultó ser una maravilla total. Mientras ella iba a almorzar con unos amigos yo hice mi último paseo a pie por París, para luego volver a la casa y preparar mi retorno a Madrid. El aeropuerto del que salía mi vuelo estaba un tanto alejado así que había que hacer las cosas con tiempo. Le dejé un libro a pau en agradecimiento a mi fantástica estadía y llegué a mi monoambiente, sin demasiados sobresaltos, a eso de las 10 de la noche. Armamos todo con el gran vecino martín para mi despedida del MOMA, alto boliche madrileño que supo ahogar mis penas y desamores, y arreglé con mi bahiense amiga gaby (artífice del gran viaje a París) para que se uniera. Y fue muy divertido, saltamos hasta altas horas de la madrugada cerrando la jornada con depeche mode remixado (still... in my arms...) y terminé dejándola en su casa de conde duque a las 6 de la mañana. Pero fue muy divertido. Subiendo por calle de la palma, borracho y sonriente, no podía pedir nada, pero nada más.

Saturday, November 24, 2007

No te olvides de Paris

Que bueno haber podido venir despues de 10 meses de estar tan cerca y tener tantas ganas. Esta ciudad me pega tan bien que hasta hay unas cuantas cosas que me desvelaban que se estan acomodando prolijamente en mi cabeza. Estar en una casa, en lo de paula, ayuda mucho y es un placer. Recorrer la noche parisina con alguien que vive aca hace 9 años es otra cosa. Y en scooter ni les cuento, una risa. Paula vive en rue richer, en la misma calle (y a unos 20 metros) del famoso folies bergere. El segundo dia me lo tome con mas calma, por mis pies doloridos y porque lloviznaba y hacia mas frio. Me interne en el louvre toda la mañana, lo recorri casi entero (lo mas lindo para mi sigue siendo el palacio, el edificio en si, a pesar de la variedad y calidad de su coleccion). Cuando empezo a asomar una resolana, pasado el mediodia, me sali, me compre una baguette y me fui caminando a almorzar a los jardines de luxemburgo. Otro de mis lugares en el mundo y en esta ciudad. Sentado en una sillita, mirando los estanques y las flores, comi y lei un rato hasta que se puso un poco fresco a pesar de mi gorrito de lana. Subi caminando por boulevard saint michel hasta saint germain y agarre el metro hasta montmartre. Queria volver de dia, para entrar a sacre coeur y ver la placita du tertre plagada de pintores haciendo caricaturas. Me sente ahi mismo mirandolos hacer mientras fumaba un par de cigarrillos y me preguntaba si tendran alguien que les entienda eso de ser artistas, de pasarse la vida pintando paisajes parisinos y caras de turistas por unos pocos euros, si seran felices en definitiva. No alcance a responderme. Despues baje caminando por esas escaleras que bordean la plaza, hice un paseito por las calles que bajan y estan llenas de cafes por todos lados y me volvi en metro a casa de paula. A pocas cuadras de llegar, luego de bajar desde lafayette por el increible mercadito delicatessen de rue cadet, descubri una serie de pasajes internos que me volaron la cabeza. Y eso es lo que tiene Paris, que cada vez que vengo descubro una joyita nueva. Son un monton de pasajes con techo de vidrio tipo vivero, concatenados uno detras del otro, que atraviesan las calles del barrio 9 y duraran unas cuatro cuadras. Yo me meti, de norte a sur, por el passage verdeau, con un atelier al lado de otro, las vidrieras llenas de pinturas divinas; el segundo, el passage jouffroy, es pura libreria: libros nuevos, viejos y usados, de ilustraciones, de ficcion, lo que quieras, para pasarte un dia entero mirando. Y el ultimo, el pasagge panorama (linda palabra, buen nombre), repleto de barcitos y cafes donde la gente se junta en la barra o en las mesitas a tomar algo caliente. Creo que si viviera en este barrio 9, como paula, gran parte de mi tiempo transcurriria ahi. Menos cansado que ayer, llegue finalmente a la casa a esperar por la comida de la noche. Paula llego muerta, pelo un vinito tinto de primera y un pate de campo exquisito para picar mientras cocinaba unas pastas con salsa de cebolla, tomate y zanahorias. Riquisimo. Despues decidimos quedarnos en la casa por el frio y su cansancio y terminamos viendo hanna y sus hermanas. Siempre es un placer rever a woody allen, el personaje del hipocondriaco, que lo hace el mismo, es inolvidable, y creo que la reflexion final que mete probablemente sea lo que en realidad piensa del sentido de la vida en su vida real. Esta mañana duchazo, desayuno de lujo con baguette calentita y huevos revueltos. Como era sabado y paula no laburaba, me saco en scooter tour, para que nunca me olvide de Paris.

Friday, November 23, 2007

Oh la la superloyds !!


Un dia espectacular, una anfitriona de lujo

No tengo tildes en este ordenador. Coloquenlas ustedes mismos. Parti a Barajas la noche anterior en el ultimo metro porque mi vuelo salia a las 6 de la matina. Con algunos nervios pero ningun sobresalto llegue a Paris a eso de las 8. A pesar del paro de transporte un autobus privado nos esperaba para llevarnos hasta el centro. De ahi, caminando con mi mochila hasta las oficinas de Loreal. Paula es la hija de una familia amiga, hace 9 años que vive en Paris, llego sin papeles ni nada y ahora es capa de arquitectura en Loreal. Ella y su equipo arman la linea de los locales para todo el mundo. Nos conocemos de muy chicos y a pesar de no vernos en mucho tiempo la onda es la misma. Se quedo con mi mochila, me dio las llaves de su casa y me mando a recorrer porque el dia era para aprovechar: sol, unos 20 grados, ni una nube. Tome el metro hasta opera, baje caminando hasta el louvre y de ahi por las tullerias hasta place de la concorde. Por supuesto segui por champs elysees al arco de triunfo y luego baje hasta el sena a mirar la torre eiffel desde el trocadero, desde abajo, desde champ du mars y la escuela militar. Increible, como siempre, como si el tiempo no pasara. Cosas locas en casi dos cuadras: primero me para un italiano desde un auto: queria contratarme para la setimana de la moda. Pense que me queria levantar pero era posta, yo iba muy armani porque me habia vestido bien para viajar, je, pero esto fue demasiado, que mi look, que mi pelo, que todo era ideal. Al menos me levanto el ego, deci que era la semana siguiente que ya estare en baires, sino me quedaba de zoolander en Paris. Despues veo algo que brilla en el piso al mismo tiempo que un turco que se agacha y lo recoge: era como una alianza. El tipo me empieza a hablar con eso en la mano y yo ni bola, me parecio que era como una tactica de choreo. Claro, el flaco penso que yo era un guiri total y no sabe que a pesar del rubio soy mas argento que el dulce de leche. Ademas los anillos ultimamente me dan mala hostia. Siguiendo mi recorrida, anduve por les invalides y llegue hasta el puente, y todo por el borde del sena hasta que nace boulevard saint germain, que recorri de punta a punta. Ver de nuevo las veredas llenas de cafecitos con las sillitas una al lado de la otra mirando a la calle, donde parabamos con madder a tomar algo alla por el 97, las librerias, en fin, muchas emociones juntas. Termine con callos en los pies y muy cansado recorriendo notre dame, entonces decidi pegar la vuelta a lo de paula a relajar un poco. Me quede dormido viendo la tele hasta que ella llego y me invito a comer afuera. Cuanto mimo, fue como estar en familia, dios mio. Recorrimos las calles iluminadas por la noche a bordo de la scooter de paula (divertidisimo) hasta trepar a montmartre. Pasamos por la placita de los pintores, al pie de sacre couer una bandita de reggae tocaba para la gente sentada en las escaleras. Un lugar en el mundo. Paula me invito a comer en una tipica creperia con musica en vivo y miles de papelitos con deseos de la gente que paso por ahi pegados en las paredes, algo que vi una vez al sur de brasil, en un bolichin sobre la playa. Pense algun deseo, pero era tan feliz en esos momentos que hasta me parecio ingrato pedir algo mas, asi que decidi que tenia suficiente como para andar pidiendo mas cosas. Nos clavamos un tinto de burdeos exquisito, tres crepes (entre dulces y salados) cada uno y charlamos y nos cagamos de risa sin parar durante horas. Cuando llegamos a la casa me abrigue bien con mi bolsa de dormir y me desmaye. Fue un dia espectacular. Dormi tan bien que hoy no podia salir de la cama. Cuando me levante, notita de paula: hoy cocino, vienen unos amigos. Y eso significan buenas noticias, porque mi amiga viene de familia de cocineros pros, asi que la que nos espera esta noche... Garua finito hoy en Paris, pero a mi no me importa, me voy al louvre.

PARIS

je t'aime

Tuesday, November 20, 2007

Corte latino octubre: entrevista a Leo Zelada

LEO ZELADA: un poeta peruano suelto por las calles de Madrid.

¿Cuál es tu origen? ¿Cuál es tu nombre real y cómo escogiste tu seudónimo literario?
Nací en Lima, Perú. Y mi nombre es Braulio Rubén Tupac Amaru Grajeda Fuentes. Yo utilicé el seudónimo de Leo Zelada porque no lo quería relacionar con ese nombre que tiene un peso muy fuerte en todo Sudamérica, porque no solamente fue el nombre del último inca de nuestra cultura sino también de Tupac Amaru II, el gran impulsor del levantamiento indígena en todo Latinoamérica, y también del movimiento guerrillero que existe tanto en Perú como en Uruguay con los tupamaros. Yo quería abrirme paso por mi propio nombre y creé el de Leo Zelada en homenaje a un amigo que falleció durante la guerra civil peruana y tenía el seudónimo de Zelada.

¿Cuál es tu derrotero hasta llegar a Madrid? ¿Cómo es que llegas aquí? ¿Por qué Madrid?
En realidad el primer gran viaje que hice fue un viaje de cinco años por casi todo Latinoamérica que empezó en Perú y acabó en Estados Unidos. Pero siempre creí que para continuar mi vida literaria tenía que venir a Europa y Madrid me parecía la ciudad europea donde yo me podía destacar más como escritor. Además para mí Madrid viene a ser como la París de los años 60 para los escritores latinoamericanos, es como una meca donde viene uno a internacionalizar su trabajo.

¿Cómo te recibió Madrid, su gente, su ambiente cultural? ¿Se cumplieron tus expectativas?
Al comienzo costó un poco la integración, es otra cultura, otra sensibilidad, otra forma de ser la del madrileño, pero en líneas generales creo que me ha aceptado muy bien y yo me siento casi como si Madrid fuera mi ciudad. Me ha costado trabajo pero ya he logrado tener un nombre en este país y sobre todo he estado trabajando mucho con poetas más o menos jóvenes, con los cuales tengo una afinidad digamos, de hacer recitales de poesía, sacar editoriales, propuestas literarias renovadoras, etcétera.

¿Hay una movida madrileña actual que va a dar que hablar en el futuro?
Yo creo que sí. A diferencia de la movida madrileña de los años 80, creo que esta movida está muy influenciada por la literatura latinoamericana. Ha venido una gran cantidad de escritores y poetas mexicanos, argentinos, cubanos, colombianos, peruanos, a continuar sus carreras literarias aquí en Madrid, donde está la capital del mundo editorial en lengua castellana.

¿Más que en Barcelona?
Más que en Barcelona, porque en Madrid lo que está surgiendo, aparte de las grandes editoriales, son editoriales nuevas, de jóvenes autores. Yo veo que los jóvenes autores españoles están tratando de buscar un lenguaje totalmente distinto y una de las tradiciones más importantes que hoy están mirando para replantearse sus propuestas, es la literatura latinoamericana. Entonces hay una interesante simbiosis y aprendizaje y reconocimiento mutuo de escritores latinoamericanos y españoles, hay una mutua influencia. Tienen por ejemplo los escritores jóvenes un interés en conocer la literatura latinoamericana, en renovar el lenguaje, recuperar la intensidad, el estremecimiento, y no solamente de tener una destreza o un dominio formal que es lo que ha predominado creo en la literatura española, por lo menos de los autores más conocidos en las últimas décadas.

¿En qué consiste esa movida madrileña? ¿Tú estás fuera de la academia, más en la calle? ¿Por qué sitios te mueves? ¿Qué es lo que haces?
Yo puedo leer en Casa de América, en el Círculo de Bellas Artes, pero también donde hago más labor es en los lugares alternativos, como el club Bukowski, que hace una jam session los días miércoles de poesía y los días domingos de narrativa, y veo ahí muchos autores españoles y latinoamericanos que participan y me parece una movida muy libre. También voy a las actividades que hacen en El bandido doblemente armado, que es una librería que está apostando por esa especie de integración literaria. Esta librería y el bar son casi como tu barrio, eso me gusta. Generalmente yo todos los días estoy escribiendo, pero sin embargo me gusta salir luego a ver la calle, me gusta vivir la bohemia madrileña, porque acá a la gente le gusta irse mucho de marcha y eso me encanta. A la par que me tomo unas copas converso con mis amigos literatos, nos contamos nuestras vivencias como escritores latinoamericanos en el exilio, las cosas que están pasando en Madrid, etcétera. Para mí básicamente un escritor, aparte de una formación técnica teórica que es fundamental, y aparte del don que uno tiene que tener, es importante su vivencia personal.

Cuéntanos tus actividades como editor y tus proyectos como escritor.
Yo tengo un sello editorial que se llama Lord Byron Ediciones, básicamente nuestro fuerte es la poesía. Nuestra publicación que ha tenido mayor repercusión es la antología de poesía hispanoamericana, que ahora estamos por la vigésima edición. Es una editorial que empezó en Perú pero ahora se ha trasladado a Madrid. A nivel personal, creativo, en el mes de octubre va a salir por la editorial Visionnet de Madrid una antología de poesía del imperio inca que recopilé de esta importante cultura de más de 500 años, algo que no se ha hecho. Y va a salir con Lord Byron mi último poemario que se titula La senda del dragón, que es una especie de homenaje a las tradiciones poéticas de Japón, China y Corea. También estoy trabajando en una novela que se titula American Death of Life, hay dos editoriales que están viendo la posibilidad de publicarla, y que es el viaje que realicé por todo Latinoamérica y Estados Unidos. Y estoy trabajando otra novela titulada Hace frío en Madrid que es todo esto de lo que hemos estado hablando, sobre la vocación literaria, el tema del exilio, el tema de las migraciones, la bohemia que se está realizando en esta capital del mundo literario que es Madrid.

¿Qué le aportan los artistas latinoamericanos que dices están viniendo a Madrid? ¿Enriquece este aporte la vida cultural madrileña?
Creo que sí. Todo renacimiento o florecimiento cultural de un país se da cuando hay la mayor diversidad y la literatura latinoamericana es una de las mejores del mundo. Que muchos escritores latinoamericanos vengan acá con sus tradiciones literarias influencia. Yo veo mucho autor joven español que tiene relación con otros escritores y poetas latinoamericanos y eso implica una influencia mutua. La literatura latinoamericana tiene muchos más elementos y cierta vitalidad, cierta frescura, cierto apasoniamiento que creo le hace una brisa, como un refresco a la literatura española.

Monday, November 19, 2007

GIJÓN, Asturias, frente al océano atlántico. Homenaje a la madre del emigrante. Por R. Muriedas


Para madder, que si la hubiera elegido no me hubiera salido mejor.

Y para todas las otras mamás que tienen a sus hijos lejos de casa.

Sunday, November 18, 2007

El gran PESH

Qué placer escuchar una voz tan amiga después de tanto tiempo. Con sus kilos de siempre, una flamante hernia de disco a cuestas y su tabaco continuado, el gran pesh apareció en la T4 de Barajas arrastrando su valijita de ejecutivo de LAN y me dio el mejor abrazo de los últimos diez meses. Es increíble cómo se siguen manteniendo los mismos códigos y complicidades a pesar del tiempo, la distancia, lo diferentes que somos ya a esta altura, las realidades opuestas que nos ha tocado vivir a cada uno y lo lejos que pensamos en muchas cuestiones. En fin, como en la cancha: a pesar de los años los momentos vividos... Pasamos por mi mono, dejamos las cosas y empezó la recorrida turística. Lo llevé de la glorieta de Bilbao hasta Alonso Martínez, bajamos por calle de Génova hasta plaza Colón y de ahí por paseo de Recoletos hasta el café Gijón, donde paramos a desayunar y a ponernos un poco al día. Foto va, foto viene, pasamos por Cibeles y seguimos hacia abajo hasta el museo del Prado y, bordeando el jardín botánico, nos sumergimos en el Retiro. Al borde del estanque siguió nuestra interminable charla mientras el gran pesh vaciaba uno y otro paquete de lucky strike. Después de un par de horas de paseo por el parque nos salimos por puerta de Alcalá y bajamos todo por esa calle hasta Puerta del sol, donde empezamos a ver una marea de suecos coloridos y cantarines que llegaron a Madrid para alentar a su selección frente a España. Al llegar a la Plaza Mayor el marco era increíble: habían copado el lugar con banderas, pelucas, megáfonos, cornetas, todo. El gran pesh filmaba y flipaba. Desde ahí por calle Mayor hasta el puente de Segovia y a seguirla en La latina, donde paramos a por una birra en la plaza de La cebada y nos paseamos por ese barrio, de los más lindos de la ciudad. Nos matamos a tapas en Tirso de Molina y bajamos hacia la Almudena, la Ópera y el Palacio Real con sus jardines de Sabatini. Y entonces lo llevé a difrutar de la mejor puesta de sol que se puede ver en Madrid, en el templo de Debod. Cuando el sol desapareció cruzamos plaza de España y subimos por la Gran Vía hasta Fuencarral. De ahí derechito a casa, previo stop en El bandido doblemente armado, para presentarle a mis súper amigos Diego y Bea. Los pies nos latían, la hernia del gran pesh ya pedía perdón, se le dormían las gambas. Mucho rélax, cerveza y lucky strike hasta que llegó la hora de volver a Barajas, al disfraz de ejecutivo y a su vuelo en business. Pero fue un día inolvidable y me sirvió de repaso a pocos días de mi retorno a BA. Cuando llegué a casa eran las 12 de la noche y me moría del sueño, así que pasé del MOMA y me metí en la cama. Lo bien que hice. Hoy tempranito me levanté muy activo, me clavé un desayuno por ahí y fui caminando a través del Retiro a despedirme del Reina Sofía. Cada vez que veo el Guernica descubro nuevas imágenes, más muerte y más dolor. Pero me transmite mucha fuerza a la vez, cómo explicarlo, es como un influjo muy poderoso que me da más ganas de seguir viviendo. Después de ahí me colgué en la cuesta del Moyano un largo rato a revisar pilas de libros antiguos y usados, algo que a esta altura, a pesar de los pocos euros, sigo sin poder evitar. Caminando al sol del domingo de Madrid me volví para casa, a acabar con mi última edición de Corte latino antes de partir de regreso al húmedo verano porteño.

Saturday, November 17, 2007

Top of the posts

A cuatro cuadras de mi casa y yo ni enterado. La mejor música ochentosa de Madrid y descubrirla a diez días de irme, una pena. Pero al menos la descubrí. Hace mucho que no bailaba tanto y tan divertido, decí que a las 10 lo tengo a broder pesh en barajas que si no la seguía. Gracias Valentina por haberme llevado, por hacerme saltar con take on me y por traducir mis cartas al italiano. Estoy contento. Creo que el barba me sigue poniendo gente en el camino para que me vaya cuidando estos últimos días y para entender todo un poco más. Ya seguiré hablando del viaje al norte. Ya pondré fotos. Ya habrá tiempo para eso. Por lo pronto, después de un cumpleaños casi perfecto, quiero seguir pensándome y creciendo. Pero la gente que se va cruzando es increíble. Hoy conocí a un escritor español que se llama Andrés Barba (que no es el barba) que está enganchadísimo con una argenta. Y el tipo no entiende nada, claro. Le tiré un par de tips, aunque no sé si soy el más indicado, pero sacamos los mismos códigos y nos cagamos de risa. Ya vendrá a ver a los mareados en mi despedida. Los días post van en progreso, gracias a mucha y distinta gente que se va conectando al cuore de superloyds. Gracias Flor principalmente por prestarme tu oreja (que debe sangrar de lo lindo) y por darme los mejores consejos en mucho tiempo. A Silvi por haber leído eso de que la gente que se quiere tiene que estar junta, volver a partirse de risa y estar dispuesta a arrojarse del auto en movimiento. Oler a ajo o a calamares, discutir a la mañana, llegar tarde o justo a tiempo, da igual. Gracias a Carlos e Inés por darme tanto cariño (y máslasaña, je), a Gaby, que a los diez minutos de conocerla me convenció de animarme a ir a París (sí, me voy a París el miércoles a coronar un viaje memorable). A Martín, el mejor vecino del mundo, que me deja ganar a la play y a su vieja (la espía, mi mamá postiza) por los mimos. Al amigo Marcus, que el domingo me lleva a ver al atlético, a Dani, que parece se viene a pasar año nuevo a Punta del Este. A Sarita, que de pronto desaparece pero vuelve a aparecer en el momento justo. Y a Diego y Bea, que ya son como mis hermanos. Madrid me quiere y yo a ella, de eso no hay dudas. Ya veremos cómo sigue todo esto. Ahora me voy a dormir.

Friday, November 16, 2007

¡ CUMPLEAÑOS FELIZ !

Vaya si lo fue

Monday, November 12, 2007

Mañana: Bandidos Mudos edición especial (atendida por sus propios dueños)


Y después de las 12 de la noche es mi cumpleaños, así que los espero a todos los amigos para brindar !!

Thursday, November 08, 2007

Santander no es sólo un banco

Nuestro último día en auto nos lo tomamos con calma. Arrancamos casi al mediodía, me despedí muy agradecido de mis anfitriones Rafa y María y encaramos para Comillas, para verlo de día y sacar algunas fotos. Después seguimos hacia San Vicente de la Barquera, un pequeño puerto lleno de barquitos, justo en medio de una bahía atravesada por un puente fantástico. A Sarita se le ocurrió que si conteníamos la respiración a lo largo de todo el cruce sobre el puente podíamos pedir un deseo que se cumpliría. Así que nos concentramos los dos y lo logramos, aunque llegamos al otro extremo casi ahogados. Yo pedí algo muy lindo, ojalá que se me cumpla. Camino a este puerto pasamos por la playa la gerra, donde pude ver las mejores olas del viaje y una multitud de surfistas uno al lado del otro. Mis ganas de surfear ya eran incontenibles, por suerte falta poco para irme en diciembre unos días a mar del plata o en enero a rosa a visitar a mi broder mati y ioio loco. En fin, seguimos de viaje hasta Santander, donde visitamos el palacio de la magdalena, ex residencia de verano de Alfonso XIII, último rey antes de la guerra civil. El edificio, de 1908, es imponente y está enmarcado en la punta de una especie de península que domina la ciudad y sus playas aledañas. Está rodeado de jardines donde jugaban los hijos del rey y las caballerizas, donde ahora funciona un hotel del carajo, están a dos pasos del mar. Caminamos desde ahí por todo el paseo marítimo hasta la mega casa del señor Botín, dueño del Banco de Santander, y luego hacia abajo, pasando por el casino y hasta el sardinero, que es el estadio del Racing de Santander, que esa misma tarde jugaba contra el Español de Barcelona. Luego devolvimos el auto y nos fuimos a comer algo a un barcito al lado de la estación, donde estaban pasando el partido por la tele. Al rato estábamos rodeados de viejitos que comentaban cada jugada, siempre a favor del Racing, y que eran un espectáculo. Lo que me divertí escuchándolos hablar: creo que las ciudades se conocen perdiéndote y, sobre todo, observando y oyendo hablar a la gente de ahí. Mientras Sarita esperaba el bondi que la devolviera a Madrid yo, que había decidido continuar solo hasta Asturias, fui a sacar un pasaje a Gijón. Pero como era domingo de fin de semana largo estaban agotados, así que compré uno para la mañana siguiente y salí en busca de alguna pensión baratita. Encontré una a pocas cuadras, dejé mis cosas y volví donde Sarita, que charlaba animadamente con los parroquianos. El Racing ganaba 1 a 0, pero en el último segundo les cobraron un penal en contra inexistente y les empataron. Los pobres viejos se querían morir, pero bueno, así es el fútbol. La acompañé a Sarita hasta el andén, le agradecí por esos días maravillosos y nos despedimos. Mi viaje continuaba. Viajar solo tiene mucho encanto, siempre me gustó, aunque a veces el marulo te puede traicionar. Me caminé todo el centro de la ciudad, pasé por la sede central del Banco Santander (donde empezó el mega imperio) y me interné en las calles de atrás, repletas de barcitos y restoranes. Encontré uno, de unos australianos que vendían cerveza foster, con una pizarra que decía: Barca - Betis, durante el partido cerveza a 1 euro. Me instalé, me tomé unas cuantas birras mientras Ronaldinho clavaba dos golazos de tiro libre y después me quedé mirando un video de surf extraordinario que pusieron. Cuando terminó volví caminando hasta mi humilde pensión y me fui durmiendo de a poco mientras el loco Gatti comentaba en televisión española los partidos de la jornada. Al otro día tenía que madrugar.

Wednesday, November 07, 2007

País vasco viejo nomás

Al siguiente día arrancamos bien temprano para aprovechar el auto que teníamos alquilado por 72 horas. Café con leche, una especie de cuernitos azucarados y jugo de naranja, todo a cargo de mamá María (que hasta nos hizo unos sándwiches de jamón serrano y queso manchego para el almuerzo), y a la ruta. Hacía como ocho meses que no manejaba y descubrí que lo sigo disfrutando tanto como siempre, me clavé como 700 kilómetros y casi ni me di cuenta. Además es como surfear y andar en bicicleta, cosas que no se olvidan. Sarita es todo un personaje, es capaz de meterte unas 800 palabras por minuto, pero si le comprás el diario El Mundo (donde trabajó hasta hace poco tiempo) puede quedarse leyendo varias horas sin hablar. Cruzamos a Francia sin problemas y nos pasamos la mañana recorriendo Biarritz, un pueblito muy pintoresco y típicamente francés, además de muy surfero. Y dio la casualidad que nos encontramos con la final del campeonato nacional de surf juvenil, un espectáculo total. Me quedé un rato largo mirando a los pibitos surcar esas olitas perfectas en la grand plage y me prometí que la próxima vez que venga me metería yo también. Después hicimos un breve paso por Saint Jean de Luz y volvimos a entrar en España tranquilamente. Llegamos a San Sebastián, donde comimos nuestros sándwiches mirando el mar también lleno de surfistas, mientras planeábamos nuestro retiro en una casa, ahí mismo, sobre la playa. Es que San Sebastián (o Donostia, en euskera) es sencillamente maravillosa. Su casco antiguo, en cuyas estrechas callejuelas repletas de barcitos el mundo entero se dedica a comer y beber todo el santo día, es pura magia, no podés caminar una cuadra sin quedarte estúpido mirando una iglesia, una plaza, un edificio antiguo o un balcón lleno de flores. Y todo eso a metros del mar. Para coronar la tarde subimos al monte igeldo, que ofrece una vista de la ciudad que no se puede creer (ya bajaré las fotos) y donde funciona un parque de diversiones. Yo no me hubiera ido nunca de ahí, pero había que seguir viaje a Zarautz, una playa divina con una rambla que la recorre de punta a punta llena de bares y restoranes. Y cuando ya se hacía de noche, recalamos en la luminosa Bilbao, con su ría cruzada por puentes gigantescos y enmarcada por modernosas joyas arquitectónicas, entre los que destaca el famoso museo Guggenheim, al que pudimos colarnos brevemente minutos antes del cierre. Era hora de conocer el extraordinario país vasco (de donde dicen proviene mi apellido, de la parte francesa, aunque mucho no pude averiguar). Felices y contentos regresamos surcando la autopista a casa de la familia Gijarro, donde Rafa y María nos esperaban, esta vez, con un exquisito pulpo a la gallega y unos filetes de pescado hechos milanesa que eran la gloria. Con la panza llena, los pies doloridos de tanto caminar y una gigante sonrisa en los labios, subí a mi ático en suite, a descansar un poco.

Sunday, November 04, 2007

El invierno está encanta (bria) dor

Primer día: llegué a Torrelavega a eso de la 1 de la tarde, después de disfrutar el paisaje a través de la ventana del bondi cabeceando un poco pero sin llegar a dormirme. Mi amiga Sarita (mi anfitriona) me esperaba en la estación y me llevó directo a su casa a almorzar unos calamares. Hace mucho que no me mimaban tanto como lo hizo María, la mamá de Sara. El viejo Rafa, adicto al deporte por televisión, un personaje total y también muy buena onda. Después de comer partimos en tren a Santander y alquilamos un auto, un citroen C3 que se portó muy bien. Por la tarde recorrimos Santillana del Mar, el pueblo de las tres mentiras: porque no es santo, ni llano ni tiene mar, así le llaman. Pero es un paisaje encantado, las luces tenues de todos sus faroles parecen a propósito, es como para perderte en sus calles mágicas y estrechas apenas viendo los edificios de piedra que son uno más lindo que el de al lado. Impresionante. Tomamos un chocolate caliente y fuimos a empezar la noche en Comillas, ahora sí con una playa espectacular y rodeado de una casa encantada y un castillo increíble que eran del Marqués de Comillas, y de un cementerio regido desde lo alto por el ángel exterminador, hasta me dio un poco de miedo. También está el capricho de Gaudí, una casa bien a su estilo que debe haber construido aquí, por capricho nomás. La playa también está muy bien, ya volveríamos de día. Para terminar la jornada volvimos a la casa donde nos esperaba una paella repleta de langostinos y almejas y, con la panza bien llena, me fui a descansar al ático que me habían asignado que era un lujo, mucho más de lo que me merezco. Al otro día había que arrancar tempranito para el País Vasco, así que me sumergí en mi súper acolchado y me dispuse a descansar en las tierras cantábricas que tan bien me habían recibido.

Thursday, November 01, 2007

Loyds, camarero, acción !

Servir o ser servido, esa es la cuestión. Creo que el 99 % de las veces que fui a un restorán, me senté a una mesa y pedí algo de comer o de beber. Nunca había estado del otro lado, por más que por momentos crea haberlo hecho cuando visité a mi primera novia, que vivía en Fort Lauderdale, allá por el 97. A esta altura ya no sé si eso fue ficción o realidad, es decir, si ocurrió o me lo inventé, como muchas otras cosas que resbalan en mi memoria y se entremezclan entre verdades incontrastables y mundos imaginarios que sólo sucedieron en mi cabeza. En fin, tal vez por eso cuando me llamaron y me preguntaron si había trabajado como camarero les dije que sí, que claro, que en una pizzería en Miami. Hoy me levanté medio aturdido después de una noche de brujas bastante loca, donde me visitaron, desde una nube de humo y alcohol, todos mis fantasmas juntos. Yo creía que iba a un casorio, pero no, eso hubiera sido un juego de niños. A las 10.30 de la mañana me buscó Joto, el dueño del circo, por la boca del metro de Alameda de Osuna, escala final de la línea verde (consecuente con mi resaca). A los 20 minutos apareció Daniel, un chileno que sería mi compañero de salón, el mejor que me podría haber tocado: de movida llegó tarde y casi sin dormir, lo que me hizo sentir mucho más tranquilo para encarar el día. Mientras se desmayaba en el asiento de atrás, yo charlaba con mi nuevo jefe y disfrutaba del ascenso a la sierra de Guadalajara. Una hora y media hasta Campillo de ranas, un pueblito de película enmarcado en un valle rodeado de montañas. Bajamos en una vieja casa de piedra rodeada de un jardín espectacular preparado para una gran recepción. Mientras yo soñaba con servir esas mesas disfrutando de un paisaje extraordinario, Joto me contó que la temporada de bodas había terminado, que ahora únicamente funcionaba el restorán, en el interior de la casa, donde la gente que sale de paseo por Castilla La Mancha para a deleitarse con unos judiones (una especie de porotos muy sabrosos) o un corderito asado, las especialidades de la zona. Entramos entonces a la Aldea Tejera Negra, que sólo funciona los fines de semana (hoy es feriado acá en España, por el día de los muertos). Aunque no era lo mismo que afuera, los enormes ventanales permitían apreciar la caída del valle y las montañas a lo lejos. No bien llegar me topé con dos rumanas vestiditas de uniforme, una medio sub encargada y la otra que no tenía ni idea, me preguntaba hasta cómo repasar las copas para sacarles más brillo. Gaby, la primera, me dio una chomba negra y un delantalcito naranja para uniformarme igual que ellas. Elena, la rookie, estaba aterrorizada. Eso también me hizo sentir más tranquilo. Había que ponerle onda y pasarla lo mejor posible, y eso fue lo que hice. Me presenté a la encargada ya uniformado. La sargento Merche (que nos cagaría a pedos durante todo el día), apenas me saludó, me miró de arriba abajo y dijo: la gorrita fuera, el cabello recogido, venga, muévete. Cumplí las órdenes, robé una gomita de una pila de tarjetas y torpemente me hice una colita en el pelo, por tercera vez en mi vida, creo. Saqué brillo a todas las copas, entré a la cocina, saludé a Mohamed, el cocinero marroquí (todo un artista), a su hermano que se encargaba de los postres y hablaba menos español que cocodrilo dundee, a un niñato rumano lavaplatos que directamente no hablaba y a la ayudante de cocina, otra rumana que resultó ser un personaje y cada vez que entraba en la cocina me gritaba: ¿¡qué pasa guapooo!? Pero quienes fueron vitales fueron María, una española divina que manejaba la caja y me explicó todo el sistema de comandas, y que cuando me hablaba me miraba siempre con una sonrisa y arrancaba con un: mira, cariño o ¿qué necesitas tesoro?; y Dani, el camarero chileno, que era una masa total: además de ser rapídisimo y muy vivo, me cubría todo el tiempo, me decía, acá, allá, mesa 10 el pan, mesa 4 segundo plato, retira la mesa 7. Yo pensaba que íbamos a estar tranquilos, pero entre el mediodía y la noche, ¡le dimos de comer a 300 personas! Increíble. Al principio patiné un poco, se me cayó un pan, llevé un par de cazuelas sin cuchara, saqué un plato que no sabía qué era, pregunté y me tiraron: conejo. Llegué a la mesa y dije: ¿el conejo? Nadie respondió. Hasta que uno dijo: pero esas son mis chuletas hombre, de qué conejo me hablas. Todos se rieron y yo también. Después me preguntaron los sabores de helados para el postre y contesté: frutos del bosque, chocolate, plátano o conejo. Y todos volvimos a reír. En general salió todo bien, salvo la mesa 4 que anotaron el pedido dos veces y al final no salió ningún primer plato, empezaron a salir los segundos y yo me avivé que no habíamos servido el primero. Adentro de la cocina era un griterío: la sargento Merche nos cagó a pedos a todos, salió a disculparse con los comensales y a invitarles un chupito (al final se fueron mamados y contentos), Mohamed puteaba en árabe mientras golpeaba las comandas con el reverso de la mano, una risa. Las cosas que pasan adentro de una cocina son absolutamente surrealistas, hasta que no estás ahí no te enterás de nada, sentadito en tu mesa tomando tu tinto. Hace mucho que no estaba tan acelerado, reclamando platos, levantando mesas y volviéndolas a poner, abriendo botellas de vino, llenando y tachando comandas. Pero fue tan divertido que creo que lo hubiera hecho gratis. Encima entre el almuerzo y la cena nos clavamos un cordero asado con papas fritas que estaba más bueno que una sesión de cosquillas en los pies. Mohamed tiene buena mano para la cocina, todos los platos que sacaba se veían espectaculares. Al final del día, más relajados y muy contentos porque todo había salido bien, nos tomamos los vinazis que quedaron sin terminar. Todos se quedaban a dormir ahí, para seguir hasta el domingo, por el puente del feriado. Pero yo ya tenía armado un viaje a Cantabria y el País Vasco, salgo mañana temprano, así que me pagaron el día, me despedí de todo el equipo mientras me pedían que volviera el fin de semana que viene y emprendí con Joto la bajada de vuelta a Madrid. Hasta me dieron ganas de quedarme, aunque mi viajecito pinta de puta madre también. Tal vez el próximo viernes esté de vuelta con varios platos en las manos dando vueltas por el salón de un restorán, en una casa de piedra enclavada en el medio de un pueblito perdido en una sierra de Guadalajara, entrando y saliendo de una cocina surrealista, hablando a los gritos con un cocinero marroquí y una ayudante rumana que me dice guapo. Ya veremos. Por lo pronto, mañana a las 8 me subo a un bondi que me va a llevar hasta el mar del norte, donde una familia cantabra me espera para almorzar. Y mi cuerpo y mi mente seguirán viajando, cada vez más lejos.