Thursday, March 22, 2007
Wednesday, March 21, 2007
Estar en casa
La semana pasada pasé bastante tiempo en el mini monoambiente. A pesar de su escaso tamaño le empecé a agarrar cariño. El lunes estuve todo el día esperando la llegada del transporte con los muebles y utensilios de cocina. Cayó 45 minutos más tarde de la última de las cuatro horas entre las cuales debía hacerse la entrega. Y bueno, así es el primer mundo, je. Cuando me dejaron todos los paquetes no pude ni abrirlos, tuve que salir corriendo al curso. Llegué 15 minutos tarde pero no había nadie y nadie se había encargado de avisarme de la suspensión de clases. Volví a casa pensando que tal vez no era un buen día y ordené todas las cosas de la cocina, mis hermosas sillas rojas de plástico y algunas cosas más antes de abordar el sofá cama sobre el que dormiría la primera noche en mi nuevo hogar. La funda cobertora traía instrucciones. El colchón también. El sofá cama, que venía todo desarmado y había que montarlo ahí mismo sin ayuda de nadie, NO. Increíble, ¿cómo iba a armar un sofá cama solo si nunca fui capaz siquiera de armar esos avioncitos que me regalaban cuando era chico? Definitivamente no era un buen día. Pensé en ir a recuperar la cama originaria de una plaza que había guardado en la baulera. Pensé en llamar para quejarme y reclamar las instrucciones, aunque fuese muy tarde ya. Pensé en tirar el colchón en el piso y dormir ahí. Pero no podía rendirme tan fácilmente. Utilizando a fondo mi cerebro, casi al ciento por ciento (aunque algunos digan que usamos solo un 5 % o que los perros ven en blanco y negro) y forzando a tope mi limitado don de manualidad, fui colocando pieza por pieza hasta terminar. Y lo más importante es que no me sobró ninguna. Lo probé en versión sofá y en versión cama. Lo abordé con cuidado y resistía. Resiste hasta el día de hoy. Me fui a dormir orgulloso y sorprendido. El martes fui a Día, el supermercado del ahorro, y compré todo marca Día, que es lo más barato. Desde las bombitas de luz hasta el falso queso philadelphia, todo, cuando llegue la petisa me va a matar. Y a partir de ahí empecé a cocinar más y a casi no gastar plata en bares de tapeos. A veces a la noche, después de comer con un poco de vino, me salgo a caminar solo por malasaña, con las manos en el bolsillo de mi sobretodo, y me meto en algún barcito a escuchar un poco de música y a tomar un único trago antes de irme a dormir. Como las copas son muy caras y las sirven muy fuertes, yo pido otro vaso con hielo y las divido en dos: así las disfruto más y me salen más baratas. De tan incomunicado que se me veía, el amigo matt se apiadó y me regaló un celular que ya no usa y que pude habilitar por la módica suma de cinco euros. Pasé un buen tiempo borrando su agenda y grabando mis escasos contactos, a quienes envíe un sms dándoles la buena nueva. El miércoles a la noche, después de la clase en la autónoma con la hija de su eminencia, comí algo en casa y me fui para el bukowski club. Ya estaban leyendo. Apenas entrar, carlos, el pirata dueño del bar, también escritor y oriundo de neuquén, me agregó a la lista de lecturas que ya llegaba a su fin. Leí tres poemas y estuvo bien, la audiencia del lugar ya comienza a conocerme. Conocí un pibe que acaba de crear una editorial que va a publicar tres novelas iniciales ahora en abril y está interesado en conocer obras de novelistas argentinos jóvenes. Le comenté algunas que leí y me gustaron. Le hablé de laura palmer y el tipo conocía más de lo que yo esperaba, había leído la novela del tigre harapiento y le había encantado. Intercambiamos mails para seguir hablando en otro momento y pasarnos contactos. El jueves fui a los talleres de la universidad autónoma a juntar unas telas que me pidió ex gran jefe y que en baires no se consiguen. Me llevó casi todo el día. Aproveché y me recorrí la facultad de filosofía y letras. No me pareció gran cosa. A la vuelta, en el tren o en el metro o cuando hice combinación, creo que en alguno de esos momentos, me chorearon el pasaporte, aunque no lo descubriría hasta el día siguiente. Novatada total: lo tenía en el bolsillo de atrás del jean, qué pelotudo. Para que no panda el cúnico, sepan que ya lo solucioné. Ese mismo día a la noche nos encontramos con leo zelada, el escritor peruano amigo, en la presentación del libro de un escritor checo de la editorial lengua de trapo, en el bandido doblemente armado. Estuvo bastante interesante. Después pasamos por el bukowski y nos encontramos con una tertulia de poetas beodos muy divertida. Igual yo me fui a dormir temprano. El viernes me levanté y dije: hoy voy a lavar la ropa. Entonces me di cuenta que mi ropa siempre la había lavado en casa de madder o en algún lavadero. Nunca tuve un lavarropas. Intenté ponerlo a funcionar y nada. Lo llamé a alex, me tiró algunas instrucciones y nada. Estaba desenchufado. Tuve que desconectar la heladera, sacarla de lugar y tirarme abajo de las hornallas eléctricas para poder enchufarlo. Ahí funcionó. Otra prueba superada, bien loyds. A los pocos minutos me encontré con un ruido a agua perdiendo y un pequeño lago que, saliendo de abajo de la pileta de lavar los platos, inundaba a buen paso el living, el comedor, el cuarto (que viene a ser todo lo mismo). Agarré balde, palangana y fregona y limpié todo, sequé lo que se había mojado y dejé un recipiente bajo la pérdida para que no volviera a ocurrir. Pero el lavado recién empezaba, la manguera que va del lavarropas a la pileta estaba mal colocada y no podía solucionarse sin herramientas (que no tengo), perdía mucha agua y el recipiente no era lo suficientemente grande para resistir sin rebalsar. En fin, me quedé toda la tarde mirando el lavarropas girar, hacia un lado, hacia el otro y cambiando recipientes que rápidamente se llenaban de agua con jabón en polvo y suavizante, y que vaciaba en el inodoro del baño. En esos momentos me acordé lo mucho que me gustó siempre mirar el fuego encendido, en un hogar por ejemplo, o en una fogata propiamente dicha. Es mejor que cualquier televisión, como muchas veces digo. Y ahora, a esta edad y tan lejos, vengo a descubrir que mirar el agua girar y caer entre la ropa también puede resultar muy atractivo. Así llegaba a su fin mi primer semana como ama de casa.
Tuesday, March 20, 2007
Monday, March 19, 2007
Equipando el monoambiente
El fin de semana anterior al que pasó tuve que dejar lo de broder alex. Arrancaba la pintura del futuro cuarto del pequeño luca y yo por suerte ya había conseguido mi mini departamento, justo en el medio de la ciudad y a un precio razonable dentro de las locuras que piden acá. Es bien chiquito pero se banca y está super recontra bien ubicado, a metros de fuencarral, entre las estaciones de metro tribunal y bilbao y cerca también de alonso martínez. Es un quinto piso con mucha luz y la cocina incorporada (equipada con microondas, extractor, dos hornallas eléctricas, heladerita, lavarropas) y además tiene tv y aire acondicionado, los servicios son centrales (agua caliente y calefacción) así que está bien, lo único como es tan peque con la petisa nos vamos a tener que querer mucho y no pelearnos, porque si pegás un portazo quedás del lado de arafue. Lo bueno es que en el último piso del edificio hay un solarium y una pileta y un gimnasio (todo a compartir, por supuesto) y eso está bueno para cuando empiecen los calores madrileños. Así que el viernes fue mi última noche en lo de alex y la despedimos golpeando nuestros vasos llenos de ron con cola. Gracias por aguantarme en mi llegada a madrid queridos alex y blanca. El sábado fuimos a ikea, una especie de easy, a comprar unos muebles para el cuarto del bebé y yo particularmente todas las cosas que faltaban para equipar bien mi nueva casa, que arreglé que me las pagaba el propietario (compré un sillón cama, dos sillitas, dos lámparas, todos los utensilios de cocina y algunas cosas más). Lo único, como todavía no me pusieron la línea de teléfono, estoy un tanto incomunicado. El sábado y domingo a la noche, como el sofá cama que compré no me lo enviaban hasta el lunes, me quedé a dormir en la oficinita del amigo matt, donde también está parando otro amigo de él que, de casualidad, terminó siendo el hermano de un amigo de mi hermano (¿se perdieron?). La noche del sábado nos dimos una vuelta por un barcito irlandés en huertas que se llama dubliners (buen nombre) a tomar unas copas con mi nuevo roomate y nos cagamos de risa, el tipo resultó ser un personaje muy divertido. Y el domingo, previo paso por el museo de jamón, nos tiramos en la terracita de la casa de matt a fumar y a tomar sol mientras mirábamos los mares de gente paseando por la plaza mayor. Después salimos de caminata con el roomate, pasamos por la ópera, el palacio real, los jardines de sabatini (nada que ver con la gaby, es por un arquitecto italiano que los diseñó), bajamos por el campo del moro, bordeamos el río manzanares y tomamos la ronda de sevilla hacia arriba hasta la puerta de toledo. Creo que ya estoy para guía turístico. Terminamos domingueando en la latina, donde miles de personas entran y salen de los barcitos con sus baldes de plástico llenos de cerveza y se juntan en las plazas a bailar al son de una batucada o algún grupo de rastas tocando reggae: un verdadero espectáculo. A la tarde volvimos a pasar por lo de matt y, cuando se hizo de noche, partimos de nuevo para el estudio, nos hicimos unos panchos y nos sentamos a ver el día del fútbol, la versión española de fútbol de primera. El lunes llegaban mis muebles, así que ya estaría en condiciones de mudarme a mi nuevo hogar.
Wednesday, March 14, 2007
En progreso
La semana pasada fue bastante intensa. El lunes fui al curso y en un momento su eminencia nos pidió opinión sobre un tema a los alumnos. Yo le contesté con una pregunta y medio que lo puse en jaque, me dijo: me reservo la respuesta. Esperemos que no se haya enojado, ejem. De ahí me fui al asesino doblemente armado, donde presentaban el libro de un poeta español y justo el que lo presentaba era un poeta peruano que había contactado por blogs, así que después nos quedamos charlando y me presentó un montón de gente. Uno de ellos, un argentino con un pañuelo en la cabeza que parecía un pirata, que vive acá hace años y tiene un bar donde hacen lecturas, estuvo viendo mi libro y me invitó a leer el miércoles siguiente. Y ahí estuve. El miércoles a la noche fue, entonces, mi primera lectura en españa, en el bar bukowski club, en el corazón de malasaña, barrio de borrachos y poetas aquí en madrid. Llegué y el dueño del bar me reconoció enseguida. Me anotó en una lista sin consultarme y me dijo: yo te llamo. El bar se llenó de vagos, bohemios y errantes, la cerveza corría a raudales. Empezaron las lecturas, un mínimo escenario en una esquina, con una lámpara encima, una especie de atril, un cenicero, un micrófono y un banquito. Habrán pasado 10 tipos, 9 españoles y mi amigo peruano. Superloyds aguardaba a un costado, solito y solo, no conocía a nadie pero tenía los cojones bien puestos. De última que me abucheen, ya estoy jugado, pensé. Y llegó mi turno, el pirata me presentó: un poeta de argentina, recién llegado a madrid, que quiere compartir sus cosas y tiene el coraje de lanzarse a los lobos, vamos a ver lo que tiene para decir, escuchémoslo. Me subí tranquilito, saludé y empecé hablando de bukowski, de que el nombre del bar me había seducido desde el principio y dije que, como homenaje inicial iba a leer la parte, justamente inicial, de la novela de un escritor argentino amigo y que precisamente tiene que ver con el escritor maldito que daba nombre a ese bar. Y les tiré historias higiénicas, del nene levín: para aquellos que la hayan leído, desde ploc ploc ploc hasta la frase de bukowski de por qué toma. Los pibes encantados. Después de esa intro leí cuatro poemas míos que fueron bastante aplaudidos y me bajé porque el tiempo acuciaba y además todos leen breve y si te colgás te apuran. Me quedé charlando con el peruano y algún que otro de los presentes me saludó y felicitó. Después se me acercó un kía que hace una revista que se llama "es hora de embriagarse con poesía" y me ofreció participar en el próximo número, así que ya veremos. Por lo pronto me invitaron a leer el miércoles siguiente, o sea hoy, seguiremos informando. Bueno, esta fue mi primera incursión en los escenarios madrileños. Y el viernes, en tiempo de descuento (porque el sábado tenía que irme de lo de alex), conseguí un departamentito de un ambiente a un precio muy razonable, en el corazón de madrid. Así que una semana muy productiva la que pasó. Y a partir de ahí, a equipar la casa se ha dicho.
Friday, March 09, 2007
Fin de semana vía satélite
El fin de semana pasado estuve bastante conectado a buenos aires. Entre las charlas telefónicas con la petisa (cada vez más frecuentes), madder y pequeño oko, los mensajes en el contestador de mi viejo el rubio a raíz del contundente triunfo del ciclón (qué grande el pelado, yo le tuve fe desde el principio) y el chateo vía msn con primogénita y algunos de los mukiakios de la galera, fue casi como estar allá con ellos. Además el sábado a la noche fue el casorio de mis grandes amigos ratactor y carolinda y los tuve muy presentes todo el tiempo (me hubiese encantado estar ahí pero todo no se puede, igual fue la petisa en mi representación). La verdad que lo que más se extraña es la familia, los amigos (de la galera y literarios) y mi petisa que por suerte ya confirmó su pasaje y está llegando el 24 de marzo. El viernes a la noche reincidimos con alex en nuestro ritual y nos clavamos unas cuantas cubatas de ron con cola. Después salimos a dar una vuelta porque mi broder había terminado un laburo importante y tenía ganas de rosquear, y blanca nos dio vía libre. Fuimos a un boliche en la gran vía, en la puerta una chica nos dio unas entradas gratis y nos pasamos el rato charlando, ríendo, bailoteando un poco y mirando la fauna del lugar. Muy gay friendly todo, después de san francisco debe venir madrid, es impresionante. Estuvo bien, un rato, una cubata y después a dormir porque ya no tenemos 20. El sábado anduve por el asesino doblemente armado (un barcito espectacular con librería incorporada que me recomendó un blogger madrileño), me hice amigo del encargado y dejé unos libros para vender. Después fui a la presentación de una revista de poesía en la casa de dos poetas que se llamaban julio (los dos) y fue muy interesante, porque además habían montado una exposición con láminas colgando de las paredes. A la noche, me pasó a buscar una pareja amiga que me contactó uno de los mukiakios desde baires y me llevaron de bares con su grupo de teatro, primero por huertas y luego cruzando la gran vía, la pasamos súper bien, gente muy divertida. Y el domingo fui por vez primera al museo del jamón (el mejor monja del mundo) y después a visitar a matt, un amigo argento que vive con su jermu en un ático que da sobre la plaza mayor, no saben la vista y la maría que tenía el chabón, de no creer. Nos colgamos un rato charlando, poniéndonos al día (la última vez que lo había visto fue justo el mismo día que la conocí a la petisa), aunque yo me pasé el día entero pensando en el partido y siguiéndolo por internet. ¡Qué placer atender a boquita y poner las cosas en su lugar después de aquel día fatídico! ¡Grande ramón! Encima alex es bostero y le enfermé la cabeza, aunque ahora se escude en su barza que tampoco está de parabienes. Fin de semana tranquilo, muy noctámbulo y bien conectado a la ciudad de la furia (el casorio de ratactor y carolinda, me contaron por teléfono, fue un flash en colores). Y la semana que empezó traería muchas buenas nuevas. Un anticipo: hice mi primera lectura en tierra española y conseguí un monoambiente baratito en el centro neurálgico de madrid para instalarme con la petisa. ¡Vamos superloyds carajo!
Monday, March 05, 2007
Empezando a andar
La verdad que mi adaptación a madrid fue muy tranquila. Un poco porque había trabajado todo el año y no había tenido vacaciones, otro poco porque estoy cerrando una etapa de seis años de vorágine laboral tiempo completo y como que ando acostumbrándome a mi nueva realidad y voy cayendo de a poco. Al llegar acá la pandilla de mendocinos me arengaba para que hiciese algún viaje con ellos, todos los fines de semana salían disparados con destinos diversos: granada, salamanca, sevilla, lisboa, roma, parís, londres. En fin, insistían en que me metiera en easyjet, una aerolínea de bajo costo, y que sacara un pasaje y me uniera a sus periplos. Sin embargo, lo mío fue más progresivo, o sea, no llegué con la necesidad de amortizar mi viaje, pasar corriendo por distintas ciudades y gastar miles de euros. Yo vine principalmente a madrid y en otro plan: acomodarme a la ciudad, sentirme en casa, encontrar un lugar lindo y barato donde quedarme, estirar el poco dinero que traje lo más posible y pegar algún laburo que me permita mantener mis pocas ambiciones, hacer algún viajecito con la petisa cuando venga (vamos a ir a marruecos) y quedarme un tiempo. También, conocer un poco del ambiente literario por estos pagos, otros escritores, alguna editorial, ya se verá. Pero todo paso a paso, como diría mostaza. Otra cosa que todo el mundo me pregunta es si ya saqué un móvil, y la verdad es que no tengo ganas de sacar ningún celular y no por una cuestión económica, si no porque nunca me gusto tener un móvil y que me encuentren a toda hora y en cualquier lugar, y además mi celular estaba muy vinculado a la parte laboral: es decir, cada vez que sonaba el telefonito existían grandes posibilidades de que fuera alguna cuestión urgente o molesta o controladora que acababa por fastidiarme. Así que estoy en una etapa que yo llamo de purificación móvil, aunque a veces en el metro sienta que me vibra una pierna y tire el manotazo en busca de un teléfono inexistente. Además me tomo las cosas con soda, me ofrecieron hacer una especie de pasantía no rentada en una sastrería de por aquí y todavía ni llamé, aunque sí empecé a presenciar las clases de la hija de su eminencia en la universidad autónoma la semana pasada y fue muy interesante. Después me la pasé leyendo sin parar, terminé las historias higiénicas del amigo levín y actualmente devoro los detectives salvajes, un libro increíble de bolaño que me regaló pedrito antes de irme de baires. Lo curioso es que me sentí identificado con algunos personajes de ambas novelas. También me hice un hueco entre mis eternas caminatas para ir al cine a ver paris je t'aime, una sucesión de 18 breves historias en torno a la ciudad luz, cada una a cargo de un director distinto. Genial la historia de los hermanos coen (con su fetiche steve buscemi que no habla en ningún momento), deliciosas la del japonés nobuhiro suwa (con juliette binoche y willem dafoe), la de oliver schmitz abordando ya una cuestión inmigratoria y racial, la dirigida por tom tykwer (¡qué linda es natalie portman!) y muy interesante la propuesta de alfonso cuarón que rodó su capítulo en un sólo plano secuencia (con nick nolte). A eso hay que sumarle unas cuántas historias más muy interesantes y una ciudad como parís filmada en muchos de sus barrios y en distintos planos. Como para hacer una peli de los barrios porteños basada en la antología, yo tiro la idea, viste... Imperdible la película, me dijo la petisa que la están estrenando en baires, vayan a verla si pueden, la recomiendo. ¿En qué estaba? Ah, sí, una semana muy tranquila la pasada, fuimos a un barcito a ver barza - zaragoza por la copa del rey, hablé bastante a baires, me contaron del civil del amigo ratactor y carolinda, del que pequeño oko fue testigo, pasé a ver un par de habitaciones bastante lamentables, me inscribí para varias becas que arrancarían a partir de septiembre y el viernes me encontré con marcelo luján, un escritor argentino que me contactó el amigo molina y que resultó un tipo macanudo y con alta onda (encima es del ciclón y del aleti, como yo). Nos pasamos la tarde hablando de literatura y de los motivos que nos trajeron a madrid y hasta surgió la posibilidad de ocupar uno de los cuartos de su piso, ya veremos. Le dejé un minimaloyds de regalo, aunque lo de él es la narrativa y me volví a la casa, porque era viernes a la noche y mi broder alex andaba con ganas de salir a dar una vuelta.
Thursday, March 01, 2007
Ex gran jefe en madrid
La semana pasada ex gran jefe anduvo por madrid. Vino a adaptar trajes de algunos clientes con gustos europeos. Por supuesto que se alojó en gran hotel y se la pasó yendo en taxi de acá para allá. Nos reunimos recién el martes. El lunes en el curso su eminencia me preguntó por él pero aún no nos habíamos encontrado. Después del curso con la nueva pandilla fuimos a cenar a un lugar en la latina, menú de 8,50 incluyendo sopa, plato, postre y copa de vino, una bicoca. Y el martes supe el nombre de su hotel, me acerqué y lo encontré en la cama medio engripado. Nos pusimos al día con la charla y a la noche fuimos por unas tapas a alonso martínez. La verdad que nos la pasamos bien con ex gran jefe, además es un buen tipo y siempre me ayuda. El miércoles y jueves asistimos a un seminario intensivo dentro del curso y escuchamos disertaciones de colegas españoles muy calificados, fue muy interesante. La noche del miércoles ex gran jefe me invitó a cenar con unos amigos suyos del colegio que viven acá, a un tgi fridays justo enfrente del bernabeu. Además del contacto para el futuro resultaron muy simpáticos, y las fajitas estaban de lujo. Cuando nos íbamos, por un momento me pareció ver a la petisa cruzando una avenida, fue como una visión. El jueves al mediodía hubo un almuerzo como cierre del seminario: canapés de todo tipo, jamón serrano, salmón, salchichitas con panceta, camarao milanesa, un espectáculo. Después nos reunimos en el hotel de ex gran jefe, con la hija de su eminencia, una especie de continuadora, un sabio total la mina, y me invitó a presenciar sus clases en la universidad autónoma. El jueves a la noche ex gran jefe partió de regreso a baires y yo me junté con la nueva pandilla a tomar unas cañas, para luego acabar escabiando en un pub irlandés. Me volví caminando desde sol hasta casa, por calle de alcalá todo en subida y medio en pedo, como 40 cuadras, pensando y pensando, mirando intensamente la ciudad. Cuando llegué a la casa me acosté, con la satisfacción de saber que estoy haciendo la movida correcta. Para entonces ni imaginaba que dos días más tarde, como conté en el post anterior, iba a ver el derbi madrileño en el campo de juego. Jaja.
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