Friday, June 30, 2006

Siamo fuori

No sé ustedes. Pero yo estoy desconsolado.

La furia por la boca muere


Se creían que eran campeones del mundo por golear a Ucrania (que sí llegó a los cuartos de final) y, como siempre, se terminaron volviendo a casa. Hablen menos muchachos, aprendan de Zizou.

Wednesday, June 28, 2006

Apache tiraonda


El dueño de la dentadura del mundial (junto con ronaldinho) tiró ayer algunos conceptos básicos pero muy optimistas. Levante la mano el que no se relajó un poquito después de escuchar la conferencia de prensa. A mí por lo menos, se me infló un poco el pecho. Salgan a divertirse muchachos, que el viernes pueden armar un velorio en alemania.

La puta

¡que vale la pena estar vivo! (para ver todos los partidos posibles de este mundial que me está quemando la gorra). Ya vuelvo, que gane Argentina.

Saturday, June 17, 2006

Wednesday, June 14, 2006

Martes 13

Este blog últimamente es de terror, genéricamente hablando claro está.

Vuelvo cuando terminen de mudarme internet a la sastrería nueva.

Tuesday, June 06, 2006

El número de la bestia

Se supone que hoy es el día. Algo así como un apocalipsis. El día 06 del mes 06 del año 06. Todo encaja. La mayoría de las supersticiones me causan mucha gracia, pero las recuerdo a todas. Sería, como describirlo, el miedo con gusto, o el gusto al miedo, una especie de mixed emotion que, por ser un tanto masoquista, no me deja de resultar atractiva. En fin, un recurso autodefensivo que condensa mi visión más negativa de la vida con la inevitable necesidad de reírme siempre de todo.

Todos tenemos nuestros propios demonios, por ahí dando vueltas, o dentro mismo nuestro, ocultos, hasta que un día se activan todos juntos y a la mierda. Hace un rato me llegó un mail de un amigo, una cadena a toda la galera, que nos decía que hoy era un día muy heavy, único en mil años, que nos portemos bien, que tratemos de no hacer cagadas, especialmente hoy. Nunca se sabe. Yo no creo en las brujas, pero que las hay las hay.

Mi anticristo personal, mi heredada mala fortuna, se adelantó un día. Sí, me llegó ayer, el 05 del 06 del 06. Me agarró desprevenido. Ayer lo asaltaron a mi viejo, lo cagaron a palos pobre rubio. Podría haber terminado peor, es cierto. Para colmo, era el cumpleaños de la petisa y no pude dedicarle el día como se merecía. Ojalá pueda compensarla y devolverle un cumpleaños que debió haber sido feliz.

Hay momentos en que me gustaría apretar un botón, volar la ciudad de la furia por el aire y aparecer en una isla desierta, escribiendo en la arena con el dedo. Pero yo no soy ningún anticristo. Soy, sencillamente, superloyds, un superhéroe venido a menos.

Friday, June 02, 2006

Solos con ellas

"Entonces pensó en otras chicas. Primero empezó a retroceder en el tiempo hasta verse menos poca cosa, hasta verse con otras chicas casi como un héroe, con otras con las cuales no había durado ni un suspiro y por eso parecía tan invulnerablemente joven. Pensó en cada una de sus novias: las que no llegó a besar, las que besó pero no llegó a enamorar del todo, las que le permitieron todo pero no le gustaban tanto. Le parecieron pocas. Entonces pensó en aquellas con las que pudo serle infiel a ella y no le fue. Pero no tenía la absoluta seguridad de que hubieran estado realmente dispuestas. Así que pasó a las amigas de sus amigos. Empezaron a desfilar por su cabeza escenas fugaces en cocinas y pasillos, silencios levemente incómodos y cargados de sentido, miradas furtivas, torpes, intensas. Todas las escenas venían con ruido de fondo: carcajadas, música, vasos y botellas tintineando, voces que tapaban otras voces.
Cuando iba a pasar a las amigas de ella se quedó sin fuerzas. Volvió a odiarla por haberle quitado la ferocidad, por haber acelerado el paso del tiempo. Pensó en cómo creía que iba a ser a los veintiséis cuando tenía veinte. No; ése no era el problema. La casa. Eso sí. Se alivió de que hubiera espacio suficiente para que pudieran no verse o ignorarse en ese momento, y se volvió a amargar cuando pensó que uno de los dos iba a quedarse con la casa. Que uno de los dos tendría que irse (él, le daba odio que fuese él). Que terminarían por venderla. En la oscuridad total sintió que conocía esa casa de memoria: podía ir y venir a oscuras sin chocarse con los muebles, acertando a tientas el lugar justo del picaporte, de la manija del cajón, de la perilla de la luz. Qué importaba que ella hubiese elegido los muebles y el color de las paredes. Él trataba a la casa como a un ser vivo; él caminaba de noche por los cuartos y conocía los más mínimos murmullos y crujidos de cada ambiente; él hablaba con la casa cuando tenía insomnio.
Entonces pensó en todas las cosas que no había podido hacer desde que estaba con ella. No hubo enumeración, las pensó en abstracto, como un todo que le faltaba entero y absolutamente, como una sola cosa indefinible. Ella seguramente no se daba cuenta de eso, tampoco. Ella ni siquiera se atrevía a pensar cosas y no hacerlas. Ella tenía más miedo, aunque el domesticado fuese él. Se sintió más generoso, más vulnerable, más herido y heroico que ella. En realidad, se empezaba a sentir como un estúpido.
No. Estúpido no: solo. Solo como una pizza bajo la lluvia. Eso era robado: Lou, o Dylan, o Cohen, o algún otro. A oscuras uno está más solo, pensó, y eso sí que era de él. Así que siguió pensando: a oscuras de verdad, cuando hay apagón, cuando no existe la posibilidad de zafar, de prender una luz o la televisión, de poner un disco, de hojear una revista, de abrir la heladera, ni nada. A oscuras, en una casa a oscuras, en un barrio a oscuras. Como ahora.
Afuera no se oía ni siquiera el caos del tránsito sin semáforos. Nada. Se asomó por la ventana. Cerró los ojos, volvió a abrirlos. Era igual. Entonces empezó a oír algo: un rumor. El rumor del pensamiento de todos los que estaban pensando lo mismo que él. Como si, en la oscuridad, los edificios se convirtieran en una colmena cerebral hiperactiva. De cada ventana abierta salía el mismo rumor, que espesaba más la noche húmeda y silenciosa. Eso era la soledad. Eso era lo que estaban pensando todos los que estaban pensando lo mismo que él en ese momento. Que sus novias o mujeres no entendían un carajo de nada; que las chicas ajenas o solas quizá sí entendieran y seguramente estarían encantadas de tener a su lado tipos así, de poder elegir...
Retrocedió dos pasos y miró hacia la ventana. Pero ahí se quedó, clavado al piso. La bañadera estaba llena de agua, y en el agua estaba ella. Desnuda, con los ojos cerrados, la frente perlada de humedad y el pelo empapado echado hacia atrás, sobresaliendo del borde, suspendido en el aire y goteando.
Pensó: está mojando el piso. Pensó: está muerta. Pero el agua se movía casi imperceptiblemente, al ritmo de la respiración de ella. Miró un rato largo las tetas que subían y bajaban apenas en el agua. Pensó: está dormida, no le importa que vuelva la luz, ni siquiera se dio cuenta de que estuvimos a oscuras, porque ella no piensa, no se plantea nada, nunca va más allá de ella misma. Pensó: ya no la quiero. Pensó: y ella, ¿me querrá?
Retrocedió dos pasos más, agarró uno de los cepillos de dientes, siguió retrocediendo hasta salir del baño y se lo tiró desde ahí. Ella se despertó en el acto. Chapoteó ridículamente, estiró las piernas bajo el agua y, echando la cabeza más para atrás y un poco al costado, dijo, demasiado fuerte, como si fuese necesario que la oyeran en toda la casa:
-Miguel, ¿volvió la luz?
Él se quedó en donde estaba, aguantando la respiración. Ella volvió a llamarlo, pero esta vez dijo Miguelito. Él pensó: puta de mierda. Pensó: debería matarla en este momento. Después prendió la luz del pasillo y quedó con las manos apoyadas en el marco de la puerta del baño."


(Fragmentos del cuento "El karma de ciertas chicas" arbitrariamente escogidos por superloyds. El cuento forma parte del libro "Nadar de noche", de Juan Forn, año 1991, reeditado por Alfaguara en el año 2002)

¿Quiéee e en se ha tomado todo el vino o o o o o?


Hasta aquí veníamos: buenos aires 11, córdoba 12, casa 13, piso 14. El domingo partimos apilados en el auto de pedro (que raspaba abajo en cada lomo de burro) rumbo a las sierras. Funes hizo malabares y logró conservar sano y salvo el lemon pie que aportó juana para el postre. Una vez más, terra nos deleitó con un asado exquisito, mientras mairal hacía de mecánico (mucho antes de la foto) tirado (boca arriba esta vez) bajo el auto, atando el caño de escape con alambre, con la invaluable ayuda de su copiloto absoluto. Falco se robó todas las miradas con un sorprendente número de encantador de gallinas y el gran lamberti nos brindó la primicia del nombre de su futuro blog: www.cagarconcampera.blogspot.com. Cada pormenor de la beoda y humeante jornada fue retratado por cuqui la paparazzi: pasen y vean si no. Bajoneados, cuchareamos el lemon pie, inventamos palabras para llenar un crucigrama y aplaudimos a rabiar a la estrella de la tarde: un perro negro con un carisma y un dominio del escenario dignos del actor's studio, que improvisó durante una hora entre las sobras de la parrillada. ¡Qué actor! Hace mucho que no me reía tanto. Después, un sorteo no apto para cardíacos me condenó a lavar los platos de todo el mundo. Cuando pudimos reanimar a mairal encaramos la retirada. El viaje de vuelta (un viaje en todo sentido) cuajó perfecto con la banda de sonido a cargo de marley y sus wailers. De nuevo en el piso 14 (adonde siempre termina todo) me di cuenta de que no era tan fácil como yo creía conseguir un pasaje de regreso a buenos aires para esa misma noche y, por ende, probablemente me rajarían de la sastrería. Corrí a la terminal y encontré uno de pedo. Entonces sí: alivio, primos, sandwich de molleja completa (una bomba) y partida. A bordo del urquiza, después de haber pasado un fin de semana memorable, en familia, entre viejos y nuevos amigos, me dormí como un bebé, con una enorme sonrisa en los labios.

Thursday, June 01, 2006

Tercer tiempo

Después del fútbol, dicen que terra fue retratado con la canasta llena de asado saliendo de un mercadito (yo no lo vi). Volvimos al piso 14, que por supuesto también tiene terraza con parrilla y el cocinero salvaje justificó su seudónimo entre brasas y carnes rojas. Un deleite. Mientras todos dormían la siesta partí con mis primos a villa allende, a ver el terreno donde algún día harán su casa. Después, café con torta en un barcito por ahí y mucha charla. A la noche, conocimos casa 13, un espacio de arte que tienen los amigos cordobeses para juntarse a crear, difundir, colgarse, y hacer lo que sea que tengan ganas. Buen lugar, buena energía. Tal vez deberíamos tener algo del estilo acá en la ciudad de la furia, el año pasado hasta lo pensamos pero después quedó en la nada. Las lecturas estuvieron muy concurridas. Descollaron mairal y ramón paz, cerrando uno cada sesión. Funes hizo una especie de improvisación, gesticulando, subiendo y bajando la voz (lo único, le falló el dj). Terra encaró algo muy interesante desde su obsesión por los blogs e internet. Maxi y yo no leímos. De los locales, juana, falco, lamberti, godoy, entre otros. Muy interesante, me gustó, sobre todo lo que leyó el último. Siguieron pizzas y cervezas en un bolichón y de vuelta al piso 14, a beber cuba libre y mirar un dvd irrepetible que nos voló la nuca. Me quedó la impresión de que todo lo que pasa en córdoba, de una forma u otra, termina en el piso 14.