Tuesday, July 25, 2006

No hay nada que hacerle

“De Essen viajé a Stuttgart, donde no tenía nada especial que hacer; no iba ni a los museos ni a visitar los monumentos de la ciudad. Me sentaba en los bancos de los parques y en los cafés, siempre al acecho, nervioso, dándome aires de importancia, convencidísimo de que algo iba a ocurrir de inmediato, algo que sería decisivo y determinante para mi vida entera. Casi nunca ocurría nada, sólo que volvía a quedarme sin dinero. Fui a Hamburgo y a Konisberg, lugares donde tampoco se me había pedido nada y donde me comportaba de forma tan distinta de la de los “turistas” que a veces llamaba la atención de posaderos y agentes de policía. De todas esas ciudades, de todas aquellas salidas precipitadas y de aquellas llegadas sin sentido alguno, ahora ya sólo recuerdo algunos rostros humanos. En Darmstadt, un peluquero que me cortó la melena empezó una discusión política conmigo, me llevó a su casa y me presentó a los miembros de su familia. Estuve tres días alojado en aquella casa, hasta que me di cuenta de que todos –tanto los padres como los dos hijos- eran retrasados mentales. ¿Acaso yo era “normal”? El hecho es que me comportaba como un crío al que acaban de darle por sorpresa una enorme habitación llena de regalos. Esa habitación, cuyos rincones estaban repletos de los mejores juguetes que uno podía imaginar, era el mundo mismo. Y mientras jugaba –mis actividades siempre tenían un componente onírico cuando viajaba, asistía a las clases en la facultad o me relacionaba con la gente-, a veces me invadía una extraña sensación, casi dolorosa, de responsabilidad. Vivía tan angustiado como si hubiera rechazado un encargo de vital importancia. Tenía muchas cosas que hacer, pero ignoraba por completo por dónde empezar. Tardamos en darnos cuenta de que en realidad no tenemos nada especial que hacer, y entonces por fin comenzamos a hacer algo.”


(Fragmento de "confesiones de un burgués" incluido por natalia moret en su nota sobre sándor márai titulada "los mundos reales" y publicada en el suplemento de cultura de perfil del 16 de julio de 2006)