Wednesday, September 06, 2006

Alborotos, marchas y pataleos

"Cada uno grita y patalea desde el lugar que puede. O que le toca. Desde la zanja, el patio, la azotea, el balcón terraza o el pent house. Cada uno va con lo que tiene: pasamontañas, palos, cacerolas o velas. Con ropa de oferta o vestuario caro. O si quiere, desnudo. Y con cultura de descarte, de obelisco, de barrio o de country. Cada uno adhiere a una marcha o a una contramarcha si tiene ganas. Y si tiene desgano adhiere al desgano. Y hay marchas que tienen su hinchada y otras que, apenas salen a la cancha, la platea las silba.
Pero todos somos militantes: hasta los que militan en la nada. O los que dicen que no militan sino que se quedan en casa y no se ocupan de política. La neutralidad es también una ideología. Y la indiferencia, una posición activa. Y los santuarios son homenajes furiosos contenidos, porque los 'santuaristas' saben que se puede hacer catarsis con una flor pero no con una horca.
Cada uno marcha y grita en pos de algo aunque se quede quieto o aunque haga silencio y tapie las ventanas de su casa. Este es un tiempo social de entrecruzamientos y cruces, de pulsiones y de reclamos. Reclaman hasta los que están atiborrados porque su ingesta se ha habituado a atiborrarse y a un miligramo menos de bocado lo consideran un ayuno inmerecido. Reclaman los que reclaman por la inercia antropológica del abandono perpetuo y creen ver un insterticio. Reclaman los que no reclaman porque el reclamo les interrumpe el tránsito.
Hay una calentura democrática que algunos ven con miedo en vez de ver con curiosidad apasionada, con desprejuicio partidario y con libertad de credo y de descreimiento."


(Fragmento escogido por superloyds de la columna "Puerto Libre", por Orlando Barone, suplemento enfoques de la nación del domingo 27 de agosto de 2006)