Tuesday, May 30, 2006

Vagando por las sierras

El jueves a la noche me fui a córdoba, a un encuentro interprovincial de fútbol y literatura. Llegué a retiro a las 10 de la noche y media hora más tarde partí a bordo de "el práctico". Asientos espectaculares, refrigerio, una película horrible que se tildaba todo el tiempo, nadar de noche. Al rato me dormí y me desperté casi llegando. Un placer. Bajé en la terminal a las 7.20 de la mañana, me clavé un café con medialunas y tomé un taxi hasta lo de prima daisy. Como ella entra muy temprano al laburo, no estaba, pero sí me esperaba fer, su legítimo esposo desde marzo. Un fenómeno, me mostró mi cuarto, me dio un juego de llaves, me ofreció desayunar de vuelta y cuando se fue a laburar me tiró en red hot chili panchos (googleen loco), la panchería que regentea mi primo césar. Me caté un super super pancho con todos los condimentos, tipo 9.30 de la mañana, de lujo. Conversamos y después me recomendó algún lugar para pasar el resto del día que estaba espectacular. Volví a la terminal y me trepé a otro bondi que me llevó hasta anisacate, un pueblo que queda para el lado de alta gracia. Me bajé en un puente sobre un río lleno de piedras y me puse a caminar por las calles de tierra, hasta llegar a una playita de arena. Me tiré un rato a descansar al solcito, leí un poco y me quedé dormido. Cuando me desperté, seguí la caminata hasta la bolsa, me senté en un barcito al borde de la ruta y me salió un cuento de punta a punta, así, de un tirón. Como no tenía papel usé el libro de forn, la contracara de las hojas con los títulos, que viene en blanco. Buenísimo, hacía rato que no escribía un cuento entero. A la noche hubo comida de primos, en lo de la sole (mi prima más grande) y roger, con todos mis sobrinitos por ahí dando vueltas. Picada, cerveza, locro, vino, helado y coca cola, una fiesta de sabores. Después, fer y prima daisy me dejaron en lo de falco, el gran anfitrión cordobés. Subí a un piso 14 de la gran puta, con jacuzzi y todo y me encontré con funes y mairal, que habían viajado once horas desde buenos aires. Los locos se perdieron en la ruta y tardaron más que pier nodoyuna. Ahí conocí también a los locales godoy y lamberti, dos personajes extraordinarios que nos harían reir sin parar los dos días siguientes. Entre vinos y duby se hizo tarde. Volví a casa de mis primos, fumé un pucho y me fui a dormir. Al día siguiente era el partido, a las 11 de la mañana y había que recuperar.