Saturday, May 20, 2006

Palabra de gaita II

-¿Le asigna un papel redentor al arte?

-No: el arte es una solución. El arte es el signo de la cultura y la cultura es lo que da consuelo frente a la certeza del caos y a la contundencia del horror que viene ocurriendo desde hace muchísimo tiempo. Es lo que te permite entender que eso forma parte de nuestra naturaleza. Hablo del horror interior y exterior. No hay modo de evitarlo ni de impedirlo. Ante ello, la cultura es un analgésico, no un anestésico. La cultura es lo que da serenidad frente al desastre.

-Si, como usted dice, somos producto de reglas ocultas y el mundo es un cúmulo de paradojas y convergencias, ¿qué hay, entonces, del libre albedrío?

-Es lo que yo llamo la carrera del prisionero. El ser humano está de rodillas, como un prisionero ante su verdugo. El universo nos tiene puesta una pistola en la sien y al final siempre aprieta el gatillo. Puede apretarlo con un tsunami, con el atentado a las Torres Gemelas, con el sida, con la vejez. La diferencia está en que hay seres humanos que se quedan de rodillas esperando el fin con resignación, o que buscan congraciarse con el verdugo. Y hay otros, los menos, que intentan echar a correr. Intentan ser libres y vivir durante 15 metros. Es muy poco, porque el tiro al final llega igual. Pero durante esos 15 metros que corre, el ser humano es libre. Esos 15 metros se llaman amor, amistad, dignidad, decencia, caridad, honradez, coraje, compasión, solidaridad. En esos 15 metros, aparentemente muy cortos, el ser humano puede hacer muchas cosas importantes. Toda la diferencia entre los hombres, para mí, reside en cómo corre o no corre esos 15 metros. Eso es el libre albedrío posible dentro de las reglas generales de un cosmos que no tiene sentimientos.

-¿Por qué dice que el cosmos nos tiene con una pistola en la cabeza?

-Porque nacemos y morimos. Hay un largo proceso cultural de Occidente que nos ha hecho creer que somos especiales, que somos absolutamente diferentes del resto de los seres vivos. Y no es así. Yo he visto muchos hombres muertos en las guerras. Y puedo asegurarte que olemos igual y nos rodean las mismas moscas, la misma podredumbre. El ser humano es un animal con inteligencia superior, pero también con más crueldad y sometido a todas las vilezas, decadencias, enfermedades, miserias y limitaciones de los seres vivos. Somos peones de un ajedrez enorme.


(de la entrevista a arturo pérez-reverte publicada en la nación, el miércoles 17 de mayo de 2006)