Wednesday, October 26, 2005

Bienvenidos al XVII Congreso Latinoamericano

Día completo el de hoy. A la mañana asistimos con Gran jefe a la apertura del congreso. Olía a internas políticas locales e inentendibles. Oradores gritones y desorganización bananera. Lo que sí, hay que decirlo, los ecuatorianos son extremadamente amables y su himno (cantado a flor de piel por el auditorio en pleno) muy bonito.

Terminada la inauguración de vuelta al hotel. Gran jefe se encierra a trabajar en su cuarto. Se me ocurre ir a dar una vuelta, lo llamo y no contesta. Cazo un taxi y me voy al malecón. Nada más lindo que perderse en una ciudad desconocida. Camino con mis zapatillas de tenis, emulando al rubio, y me sorprendo gratamente. El malecón sobre el río Guayas es un espectáculo que deberíamos imitar en la reina del plata. Sus jardines plagados de especies de variados colores me llenan los ojos. Al final me topo con una exposición de fotografías históricas de la zona que no tiene desperdicio. Soy feliz.

Llego al lobby a encontrarme con Gran jefe para el almuerzo. Propongo un par de lugares típicos que averigüé conversando con los hermanos ecuatorianos, pero el kía prefiere ahorrar tiempo y cruzar a lúgubre shopping sin nada para ver. Comida chatarra, cielo raso. Pienso en decirle que hay una Guayaquil entera para ver allá fuera. No vale la pena, no lo entendería.

Siestita reparadora. Centro de Convenciones Cristianas, altos expositores. Gran jefe quiere foto con cada uno de ellos. Me luzco. A esta altura creo haberme pagado el viaje. Los estudiantes locales creen que somos Gardel y Lepera, nos custodian al hotel y nos llevan de gira por distintos bares. Nuestros deseos son órdenes. No tengo muchos deseos. Escribir un poco y leer mail de la petisa, eso es todo.

En uno de los bares, tomando una quilmes (sí, una quilmes), me encuentro con el lobo, de pura casualidad. Parece mentira, un martes a la noche, en una ciudad tan grande.

Amigos de mi amigo quieren traer futbolistas argentinos al Emelec. Les tiro un par de premoniciones boedísticas. A la cuarta cerveza aborto misión, rescato a Gran jefe bebedor de energizante y emprendemos retirada.

Tengo algo de un gran poeta para postear, pero me da fiaca ir al cuarto y volver, si subo la quedo. Tal vez mañana miércoles. Veremos.