La banda oriental más famosa (junto a La vela puerca) sigue pisando fuerte en Buenos Aires. Con entradas agotadas, brindaron un interesantísimo show el 12 de junio pasado en el Estadio Luna Park. La cita comenzó puntual a las 21 horas, con la apertura del grupo Socios de Uruguay, que hicieron cuatro canciones para ir calentando el ambiente.
Y 50 minutos más tarde, No te va gustar hizo su aparición en el escenario. Sonaron los primeros acordes de Al vacío, de su tercer disco Aunque cueste ver el sol (2004) y la gente se dispuso a disfrutar de un espectáculo que duraría aproximadamente 2 horas y media. Emiliano Brancciari y los suyos dieron cuenta de su experiencia y su talento, porque la banda no sólo sonó realmente bien sino que también lució aceitada como un reloj (con la destacable solvencia de sus instrumentos de viento, en especial en el tema No hay dolor, de su segundo álbum, Este fuerte viento que sopla, editado en 2002).
Antes ya habían interpretado, de este mismo disco y con gran acompañamiento de una audiencia muy familiar, en la que podían verse desde niños pequeños hasta gente adulta de ambos sexos, Más mejor, Te quiero más y La única voz, e incluso la más moderna Vivir muriendo, del último cd Todo es tan inflamable (2006).
Fue el turno de uno de los temas nuevos que anticiparon en la noche del Luna, perteneciente al próximo disco, con fecha tentativa de salida el 25 de julio: Niño, anteriormente llamado Tu lugar. Una muy original versión de No lo ves, también del cuarto álbum, y los sinceros agradecimientos al público por parte del cantante y líder Brancciari, fue lo que siguió antes de que la banda abriese el arcón de los recuerdos, anunciando que resucitaría algunas canciones de su álbum debut Sólo de noche (1999): Cosa linda y Déjame bailar. Y luego de Ya entendí, otro tema de la tercera placa, subió al escenario el uruguayo Marcelo Fernández, de Buenos muchachos, para tocar la guitarra como invitado en la interesante En la cara, del último disco.
La soledad, Solo y Verte reír se sucedieron a partir de allí sin solución de continuidad, como enganchadas, llegando incluso a ensamblarse con Nada para ver (con un impactante solo del saxo tenor Mauricio Ortiz, muy celebrado por el público), alternando a los brincos entre los tres primeros discos de la banda.
Fue entonces el momento de otro estreno: Tu nombre, tema dedicado por el guitarra y voz Brancciari a su hermana, y el turno para otra canción del tercer disco, la bellísima Cielo de un solo color. Y vuelta al segundo álbum, con No necesito nada, Clara, Tenés que saltar y Me cuesta creer. En el medio y al final de la seguidilla, sonaron El oficial (con una gran intro a dos baterías y los integrantes de Buenos muchachos como invitados especiales) y Pensar, ambas del último disco.
Y aquí algo para resaltar: la solidaridad característica uruguaya, evidenciada no solamente por el grupo soporte y los invitados, sino también porque los muchachos de No te va gustar se dieron el gusto de hacer en vivo Zafar, de la banda compatriota La vela puerca (cantada a capella), y de cederle el micrófono al cantante de Once tiros (otro grupo uruguayo) para que interpretara Fuera de control.
Prácticamente a la medianoche se despidieron con No era cierto, otra perla del primer disco, pero ante la insistencia de un público entusiasta aunque tranquilo, salieron para el clásico bis, que comprendió Voy, del tercero, y los temas Mucho más feliz y Te voy a llevar, ambos del segundo.
Y la gente se retiró muy contenta a casa. Es que habían pasado dos horas y media de buena música, con una calidad de sonido casi perfecta, una puesta en escena excelente y una banda en gran forma, aceitada y solvente. Muy buen show de No te va gustar.
(publicado en http://www.ocioenbsas.com.ar/)
(gracias romi por la autoría intelectual)