Friday, January 05, 2007
Epopeya neuquina (III)
La segunda tanda fue abierta por el richard romero disfrazado de mateo wolf, el personaje de su cuento (del mismo nombre) incluido en tantas noches como sean necesarias. Nuestro asador oficial apareció con la cara pintada toda de blanco como el joven manos de tijera y metido adentro de un mameluco. El relato es muy bueno (todos los que leí hasta ahora de su libro me gustaron) y los distintos guiños que con menos suerte había querido entablar con el público en los mudos, esta vez salieron de maravillas. La repartija de las mentitas (el sonido de éstas en todas las bocas presentes), las antiparras, el titilar de las luces. En fin, brillante performance del paranaense, que luego de llevarse un enorme aplauso se quedó a custodiar con su aliento (no de las mentitas, sí de su motivación) a su compañera que lo seguía. Carina supo dejar nervios y timidez de lado para deleitarnos con sus hermosos poemas, acompañados por el punteo de gorostiza y muy bien recibidos por la audiencia. Fue el turno entonces del amigo vigna, neuquino residente en córdoba, que nos contó el día exacto en que el último pelo iba a caer de su cabeza, cubierta esa noche con una boina. Creo que varios nos dimos cuenta al escucharlo que este pibe escribe bien, se parece a nosotros y bien podría ser un amigo más. Parte del divertido relato que leyó puede encontrarse acá. A continuación, verónica padín sorprendió a propios y extraños con una performance impecable que alternó versos con música. Redondita le salió. Y entonces llegó levín. Difícil también hablar de este muchacho. El joven levín, como decirlo, goza de un carisma y un desparpajo poco comunes. Es casi irreal: una especie de duende escapado de una película de disney pero mucho mejor: versión bizarra si querés. Su histrionismo, sus magistrales improvisaciones y sus doblajes varios arrancaron portentosas carcajadas de todos los espectadores, incluidas las nuestras o las mías al menos seguro, ya que no deja de asombrarme cada vez que lo veo en escena. Genial el nene. Luego de la ovación del público hizo su aparición el pacha mendes (¡qué buen nombre chabón!), enormes él y su bajo. Un personaje memorable que seguiría apareciendo en los días subsiguientes y a quien también esperamos volver a ver acá en buenos aires. Dos o tres temas muy prolijos, bien tocados (hay que plantarse a tocar un bajo solito y solo, se los dice un bajista frustrado) y más aplausos. Qué momento, entonces, después de todo este quilombo. ¿Por qué? Porque le tocaba salir a superloyds. Y tenía que romper a patadas la puerta de ingreso al último bloque.