La más popular banda charrúa del momento se presentó nuevamente en Buenos Aires, con 4 shows a lleno completo en el Estadio Pepsi Music (Obras). Respaldados por una escenografía notable y un poderoso juego de luces, los muchachos liderados por los cantantes Sebastián "Enano" Teysera y Sebastián "Cebolla" Cebreiro brindaron más de dos horas de canciones frente a un público muy ferviente.
Todo empezó 40 minutos después de la hora señalada con Va a Escampar, fuertemente apoyada en los solventes vientos de Carlos Quijano (saxo) y Alejandro Piccone (trompeta), ambos de gran protagonismo durante todo el concierto. Le siguieron tres canciones del álbum De Bichos y Flores (2001): la poderosa Mañana, cantada a dos voces, El Ojo Moro, que llevó a la gente a hacer los coros y el primer gran pogo de la noche y, luego de saludar a su audiencia, la bellísima El Huracán.
Y volvieron al disco A Contraluz (2004), al que pertenece el tema inaugural, con Escobas, ocasión que Teysera, lookeado a lo Bruce Springsteen, halló propicia para explicar por qué lucía su mano izquierda entablillada. Gente, del cd debut Deskarado (1998/99), fue el prólogo para más temas de De Bichos y Flores: Rebuscado, con gran protagonismo de un movedizo Cebreiro con su cabeza cubierta por un gorro de lana, y Burbujas, muy bailada por ambos cantantes y cantada por todo el estadio.
Fue el turno entonces del último álbum El Impulso (2007), porque los uruguayos hicieron Neutro, con gran lucimiento de los vientos, Sanar, acompañada del recitado de los versos del poema de Miguel Hernández ("Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes"), muy aplaudido por el público, Me pierdo, rodeada de hermosas imágenes en pantalla gigante, y El Señor.
Con el grueso de la gente ya entregada de lleno al pogo que abarcó al sector campo casi en su totalidad, llegaron más clásicos: primero Doble Filo y luego Dice y A lo Verde, con la presencia de los invitados Guzmán Mendaro, violero de Hereford, y Denis Ramos, trombonista de No Te Va Gustar, la otra banda uruguaya más famosa, respectivamente.
Hubo tiempo para un gran solo de trompeta de Piccone en Por Dentro y para que la fiesta llegue aún más arriba con Caldo Precoz, Sin Palabras, Haciéndose Pasar por Luz y Clarobscuro, cuatro más de esa joya que es el disco A Contraluz. Y luego llegaron más canciones de El Impulso: Su Ración, la potente Colabore, con Osvaldo Garbuyo, cantante de Bufón, grupo charrúa telonero de la noche, como invitado, y La Sin Razón.
Al momento del himno velero, Vuelan Palos, hecho en formato acústico, el clásico vamos la vela de mi corazón fue cantado fervientemente por el estadio en pleno, al igual que Mi Semilla, otro tema del álbum debut, cantado por Teysera sentado sobre el borde del escenario. Un gaitero con vestimenta escocesa abrió y cerró el tema siguiente, Por la Ciudad, que llevó al poderío de la banda a su punto más alto junto con Alta Magia y De tal Palo tal Astilla, dos más de Deskarado.
Y llegó el otro himno: Zafar, con el público delirando en una fiesta generalizada y la prolija ejecución de los instrumentos de viento. Lamentablemente, el final se vio algo empañado por la aparición de un carterista entre la gente, que fue repudiada por los propios músicos desde el escenario (la banda se disculpó con sus fans por este suceso en su página web).
Pero con el bis todo quedó olvidado, porque los fanáticos veleros no dejaron de saltar y cantar durante los tres últimos temas: Potosí, El Viejo y El Profeta (con Teysera en la armónica), todos pertenecientes a De Bichos y Flores. Y fue panza llena de música por igual para músicos y público, porque fue un show interminable y poderoso.
(publicado en http://www.ocioenbsas.com.ar/)