Saturday, November 17, 2007
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A cuatro cuadras de mi casa y yo ni enterado. La mejor música ochentosa de Madrid y descubrirla a diez días de irme, una pena. Pero al menos la descubrí. Hace mucho que no bailaba tanto y tan divertido, decí que a las 10 lo tengo a broder pesh en barajas que si no la seguía. Gracias Valentina por haberme llevado, por hacerme saltar con take on me y por traducir mis cartas al italiano. Estoy contento. Creo que el barba me sigue poniendo gente en el camino para que me vaya cuidando estos últimos días y para entender todo un poco más. Ya seguiré hablando del viaje al norte. Ya pondré fotos. Ya habrá tiempo para eso. Por lo pronto, después de un cumpleaños casi perfecto, quiero seguir pensándome y creciendo. Pero la gente que se va cruzando es increíble. Hoy conocí a un escritor español que se llama Andrés Barba (que no es el barba) que está enganchadísimo con una argenta. Y el tipo no entiende nada, claro. Le tiré un par de tips, aunque no sé si soy el más indicado, pero sacamos los mismos códigos y nos cagamos de risa. Ya vendrá a ver a los mareados en mi despedida. Los días post van en progreso, gracias a mucha y distinta gente que se va conectando al cuore de superloyds. Gracias Flor principalmente por prestarme tu oreja (que debe sangrar de lo lindo) y por darme los mejores consejos en mucho tiempo. A Silvi por haber leído eso de que la gente que se quiere tiene que estar junta, volver a partirse de risa y estar dispuesta a arrojarse del auto en movimiento. Oler a ajo o a calamares, discutir a la mañana, llegar tarde o justo a tiempo, da igual. Gracias a Carlos e Inés por darme tanto cariño (y máslasaña, je), a Gaby, que a los diez minutos de conocerla me convenció de animarme a ir a París (sí, me voy a París el miércoles a coronar un viaje memorable). A Martín, el mejor vecino del mundo, que me deja ganar a la play y a su vieja (la espía, mi mamá postiza) por los mimos. Al amigo Marcus, que el domingo me lleva a ver al atlético, a Dani, que parece se viene a pasar año nuevo a Punta del Este. A Sarita, que de pronto desaparece pero vuelve a aparecer en el momento justo. Y a Diego y Bea, que ya son como mis hermanos. Madrid me quiere y yo a ella, de eso no hay dudas. Ya veremos cómo sigue todo esto. Ahora me voy a dormir.