Sacar una revista. Una de tirada corta. De historietas y gratis. Pocas, bajas o como se diga. Poner un blog. Un blog para mis amigos, para mi novia, para los chicos de la facultad, del trabajo, los amigos del curso, familiares de otros países, los vecinos que protestan o simplemente para que otro escriba una respuesta o conozca mi 4x4 (quiero decir, mi foto carnet).
Escribir la reseña de un libro que leí, que me gustó, que no me gustó (no importa) y mandarla a la revista Oliverio, la jermu de mi vida, mil mamuts, sudestada, animales espirituales, el interpretador.
Dar clases en las villas. Apoyo escolar para chicos que apenas diferencian la "v" de la "b". Hablar sobre lo mucho que no saben sin pecar de soberbio y contagiando ganas de querer aprender más. O dar clases en la cárcel; Devoto, Ezeiza, Dolores, en la de Neuquén.
Repartir volantes de la Agrupación que más acorde esté con mis ideales (esos que los demás perdieron) y, con mi granito de arena, colaborar para la desconfusión galopante que nos da arcadas leyendo el diario.
Decir lo que pensás.
Levantarte a horario todos los días y viajar en colectivo o el tren lleno hasta la manija perdiendo el conocimiento por la falta de aire. Puntual en cada reunión. Proponiendo en cada reunión. O escuchar, atento, para saber a qué mierda se refieren esos que te dicen qué y cómo hacerlo.
Decir lo que pensás.
Visitar museos. Visitar muestras. Ir al teatro. Ir al Cosmos o al Gaumont alguna vez en la vida. Conocer la Ciudad Cultural Konex - gob. bs. as.
Comprar un libro de edición independiente, de )el asunto( o de Guillermo De Pósfay o Diego Arbit. O comprar un libro a secas.
Hacer una película. Escribir un guión. Un cuento y una poesía. O un cuento. O una poesía. Tocar la guitarra, el chelo, el piano, el oboe, la flauta traversa, la batería, la armónica, el bajo.
Ayudar al bibliotecario de la Facultad ad honorem. Reenviar un mail de búsqueda laboral. Postear en foros de discusión, grupos de shajú o gemeil, linkear. Llenar un obras con pier, intoxicados, gardelitos o la vela puerca. Ni hablar pez. Escuchar un disco de Mateo recontra ripeado. Comentar y comentar.
Decir lo que pensás.
También divertirse y que nadie se amargue pensando que las drogas no se pueden legalizar porque en realidad se podrían legalizar si no fuera un negocio para los gobiernos.
Decir lo que pensás.
Se resume a eso.
Y después dicen que no saben en qué anda la juventud perdida. O dicen que la juventud no tiene los huevos para plantarse frente a los mismos de siempre. Menos mal que no saben en qué andamos porque así reprimen mucho menos.
Si hubiera un problema, diría que no nos pueden seguir el tranco.
No les da el cuero.
Pero ahora me voy. Tengo cosas que hacer. Espero que vos también.
Editorial de Papel (Distribución gratuita de literatura experimental), por Lucas "Funes" Oliveira.