Monday, March 05, 2007
Empezando a andar
La verdad que mi adaptación a madrid fue muy tranquila. Un poco porque había trabajado todo el año y no había tenido vacaciones, otro poco porque estoy cerrando una etapa de seis años de vorágine laboral tiempo completo y como que ando acostumbrándome a mi nueva realidad y voy cayendo de a poco. Al llegar acá la pandilla de mendocinos me arengaba para que hiciese algún viaje con ellos, todos los fines de semana salían disparados con destinos diversos: granada, salamanca, sevilla, lisboa, roma, parís, londres. En fin, insistían en que me metiera en easyjet, una aerolínea de bajo costo, y que sacara un pasaje y me uniera a sus periplos. Sin embargo, lo mío fue más progresivo, o sea, no llegué con la necesidad de amortizar mi viaje, pasar corriendo por distintas ciudades y gastar miles de euros. Yo vine principalmente a madrid y en otro plan: acomodarme a la ciudad, sentirme en casa, encontrar un lugar lindo y barato donde quedarme, estirar el poco dinero que traje lo más posible y pegar algún laburo que me permita mantener mis pocas ambiciones, hacer algún viajecito con la petisa cuando venga (vamos a ir a marruecos) y quedarme un tiempo. También, conocer un poco del ambiente literario por estos pagos, otros escritores, alguna editorial, ya se verá. Pero todo paso a paso, como diría mostaza. Otra cosa que todo el mundo me pregunta es si ya saqué un móvil, y la verdad es que no tengo ganas de sacar ningún celular y no por una cuestión económica, si no porque nunca me gusto tener un móvil y que me encuentren a toda hora y en cualquier lugar, y además mi celular estaba muy vinculado a la parte laboral: es decir, cada vez que sonaba el telefonito existían grandes posibilidades de que fuera alguna cuestión urgente o molesta o controladora que acababa por fastidiarme. Así que estoy en una etapa que yo llamo de purificación móvil, aunque a veces en el metro sienta que me vibra una pierna y tire el manotazo en busca de un teléfono inexistente. Además me tomo las cosas con soda, me ofrecieron hacer una especie de pasantía no rentada en una sastrería de por aquí y todavía ni llamé, aunque sí empecé a presenciar las clases de la hija de su eminencia en la universidad autónoma la semana pasada y fue muy interesante. Después me la pasé leyendo sin parar, terminé las historias higiénicas del amigo levín y actualmente devoro los detectives salvajes, un libro increíble de bolaño que me regaló pedrito antes de irme de baires. Lo curioso es que me sentí identificado con algunos personajes de ambas novelas. También me hice un hueco entre mis eternas caminatas para ir al cine a ver paris je t'aime, una sucesión de 18 breves historias en torno a la ciudad luz, cada una a cargo de un director distinto. Genial la historia de los hermanos coen (con su fetiche steve buscemi que no habla en ningún momento), deliciosas la del japonés nobuhiro suwa (con juliette binoche y willem dafoe), la de oliver schmitz abordando ya una cuestión inmigratoria y racial, la dirigida por tom tykwer (¡qué linda es natalie portman!) y muy interesante la propuesta de alfonso cuarón que rodó su capítulo en un sólo plano secuencia (con nick nolte). A eso hay que sumarle unas cuántas historias más muy interesantes y una ciudad como parís filmada en muchos de sus barrios y en distintos planos. Como para hacer una peli de los barrios porteños basada en la antología, yo tiro la idea, viste... Imperdible la película, me dijo la petisa que la están estrenando en baires, vayan a verla si pueden, la recomiendo. ¿En qué estaba? Ah, sí, una semana muy tranquila la pasada, fuimos a un barcito a ver barza - zaragoza por la copa del rey, hablé bastante a baires, me contaron del civil del amigo ratactor y carolinda, del que pequeño oko fue testigo, pasé a ver un par de habitaciones bastante lamentables, me inscribí para varias becas que arrancarían a partir de septiembre y el viernes me encontré con marcelo luján, un escritor argentino que me contactó el amigo molina y que resultó un tipo macanudo y con alta onda (encima es del ciclón y del aleti, como yo). Nos pasamos la tarde hablando de literatura y de los motivos que nos trajeron a madrid y hasta surgió la posibilidad de ocupar uno de los cuartos de su piso, ya veremos. Le dejé un minimaloyds de regalo, aunque lo de él es la narrativa y me volví a la casa, porque era viernes a la noche y mi broder alex andaba con ganas de salir a dar una vuelta.